¿Se lo merecían?

Ninguno de esos personajes se merece nada malo como personas. Pero si las cosas siempre saliesen bien, adiós a la comedia. Gran capítulo en el que se anestesian todos con fármacos y son una comunidad feliz.

¿Se merece Joaquin el Paro?

Claro que si, por pelota, lacayo y servidor incondicional de una empresa que timaba a sus clientes con la complicidad de él.

Evidentemente no, pero como ha dicho Álvaro, si no, la serie no tendría gracia. Precisamente eso sirve de esperpento.

Como que por ejemplo Joaquín se había sacado una carrera y un máster, y estaba cobrando una mierda formando parte de una empresa de delincuentes que subían el precio de la vivienda. Él debería de haber opositado, que por lo menos en esa época se creaba más empleo público.

¿Se merece Javi que cuando trae al padre de Lola para recuperarla ella la perdone y tenga que acoger al suegro?

Las putadas son un recurso que no paran de utilizar precisamente porque son de la rutina de la gente normal y hacen gracia.