Foro El secreto de Puente Viejo
~A ras del cielo, alcanzando la felicidad~ Capítulo 7
~A ras del cielo, alcanzando la felicidad~ Capítulo 7
Después un un tiempo,Ruth y yo,nos hemos decidido a crear un fic juntas.En estos momentos en los que Puente Viejo ha perdido a su partera,esa historia de amor junto a su soldado,creo que todos nos merecemos imaginar un final feliz,ese que verdaderamente merecía.Es por eso,que aquí comienza una nueva historia.La hacemos con todo nuestro corazón y esperamos que os guste.
Carol, Ruth que gran idea! Os leere siempre que pueda. La verdad es que la parejita se merecian un final feliz
Bueno, poco más que añadir a lo que ha dicho Carol. Simplemente que nos gustaría mucho que fuerais dejando vuestras opiniones sobre como va quedando la historia :). Aquí os dejamos el primer capítulo.
Capítulo 1. -Nació una flor en medio del bosque.-
-Alba, así ha de llamarse, mi amor. Como esta que la ha visto nacer…
Tantas veces pensé que no llegaría a pronunciar esas palabras… Tantas otras que ni siquiera conseguiría verle la carita. Lo logré, ambas lo logramos. Parecía que nuestra historia iba a tener un final feliz, al menos de momento.
Tristán me abrazaba y decía cosas bonitas, mientras yo intentaba recuperarme del cansancio de haber estado toda la noche pariendo.
-Ya está, Pepa. No te preocupes, que no hemos de dejarte…Ya está con nosotros, nuestra niña…-escuchaba de labios del capitán
Mis ojos permanecían cerrados y mi semblante tranquilo y sereno.
-Ve al pueblo, Tristán. Regresa a Puente Viejo junto a Alba. Yo te esperaré aquí…
Tras encontrarme con varias negativas de Tristán, finalmente accedió y marchó raudo con la niña. Era impetuoso que comiera algo pronto.
Me dejé vencer por el cansancio y el sueño me atrapó.
Noté unas suaves caricias en el rostro y como pronunciaban mi nombre. Abrí los ojos, aún adormilada y vi a Tristán con semblante preocupado.
-¿Qué se le ofrece, soldado? ¿Es qué ahora una no puede dormir tranquila, ni en medio del bosque?
-Pero que guasa tienes, partera. Anda, ven aquí, que me has dado un susto de muerte.
Nos abrazamos, felices. Había dormido varias horas, estaba mucho más descansada. Él me contó de la sorpresa de todo el pueblo al verle llegar con la niña en brazos. Alfonso y Emilia se habían quedado con ella, y luego había llegado su abuelo. A todos se les caía la baba con la pequeña. También me refirió que no me iba a librar de una buena reprimenda por burlarles a ambos y salir del Jaral sin dar aviso alguno.
Comenzamos a recoger los enseres y partimos de vuelta hacia el pueblo. No quería esperar ni un segundo más para poder ver a mi niña.
Capítulo 1. -Nació una flor en medio del bosque.-
-Alba, así ha de llamarse, mi amor. Como esta que la ha visto nacer…
Tantas veces pensé que no llegaría a pronunciar esas palabras… Tantas otras que ni siquiera conseguiría verle la carita. Lo logré, ambas lo logramos. Parecía que nuestra historia iba a tener un final feliz, al menos de momento.
Tristán me abrazaba y decía cosas bonitas, mientras yo intentaba recuperarme del cansancio de haber estado toda la noche pariendo.
-Ya está, Pepa. No te preocupes, que no hemos de dejarte…Ya está con nosotros, nuestra niña…-escuchaba de labios del capitán
Mis ojos permanecían cerrados y mi semblante tranquilo y sereno.
-Ve al pueblo, Tristán. Regresa a Puente Viejo junto a Alba. Yo te esperaré aquí…
Tras encontrarme con varias negativas de Tristán, finalmente accedió y marchó raudo con la niña. Era impetuoso que comiera algo pronto.
Me dejé vencer por el cansancio y el sueño me atrapó.
Noté unas suaves caricias en el rostro y como pronunciaban mi nombre. Abrí los ojos, aún adormilada y vi a Tristán con semblante preocupado.
-¿Qué se le ofrece, soldado? ¿Es qué ahora una no puede dormir tranquila, ni en medio del bosque?
-Pero que guasa tienes, partera. Anda, ven aquí, que me has dado un susto de muerte.
Nos abrazamos, felices. Había dormido varias horas, estaba mucho más descansada. Él me contó de la sorpresa de todo el pueblo al verle llegar con la niña en brazos. Alfonso y Emilia se habían quedado con ella, y luego había llegado su abuelo. A todos se les caía la baba con la pequeña. También me refirió que no me iba a librar de una buena reprimenda por burlarles a ambos y salir del Jaral sin dar aviso alguno.
Comenzamos a recoger los enseres y partimos de vuelta hacia el pueblo. No quería esperar ni un segundo más para poder ver a mi niña.
Muchas gracias Alba!!!
Esperamos que te guste!!
Holaa!! music! jajajaja a mi no me conoces no? escribí un fic hace mucho tiempo pero no te tenía como seguidora.Aún así espero que te guste nuestro nuevo fic!
Esperamos que te guste!!
Holaa!! music! jajajaja a mi no me conoces no? escribí un fic hace mucho tiempo pero no te tenía como seguidora.Aún así espero que te guste nuestro nuevo fic!
No Carol, no tuve el placer de seguirte pues hace poco que me interesado por la literatura puenteViejera, pero estoy segura de que me encantarás
Bueno en ese caso encantada...Laura? jajaja creo que así me lo han referido
Más tarde escribiré la segunda parte!
Más tarde escribiré la segunda parte!
Gracias a todas por vuestros comentarios :)
Aquí dejo la siguiente parte,espero que os guste!
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Capítulo 2 ~Pedacitos de felicidad~
El camino se me hizo largo y pesado.A penas sentía las piernas,y aunque había logrado conciliar el sueño varias horas,no conseguía igualar el paso de Tristán.Me detuve por un instante,respiré profundamente y cerré los ojos.Una gran dicha inundaba mi corazón y en mi rostro se dibujaba una sonrisa.Sentí como alguien se acercaba y al punto me vi suspendida en el aire.Abrí los ojos y pude ver como mi soldado me llevaba en brazos.Sus ojos cansados,después de toda una noche velándome,me miraban,su cabello desaliñado era ondeado por el viento y sus labios esbozaban la más dulce de las sonrisas.
-¿Hacía donde nos dirigimos soldado?-le pregunté con picardía.
Y acercándose al oído me susurró:
-Hacia las estrellas,en lo más alto del cielo.
-Entonces,no es menester que avancemos más,pues a ras del cielo estamos.
-¿Alcanzando la felicidad?
-Tocándola con la punta de los dedos.
Y ambos nos fundimos en un tierno beso.
-¿Acaso piensas llevarme todo el camino acuestas?-dije sorprendida.
-He cargado con hombres heridos más pesados que tú,partera.
-¿Así que con eso me comparas?¿Con un centenar de soldados?
-No,ellos luchan por la gloria,yo ya la tengo a mi vera.
-Anda,no me adules capitán que se me pone cara de niña mimada-dije entre risas.
-Esa es la cara que quiero ver cada día,cada mañana,cada segundo...solamente quiero que seas feliz...
-¿Y piensas que no lo soy? Si esto más me pareciese un sueño que la propia realidad.
-Entonces,soñemos pues.
-Sí...¿qué más puedo pedir?Estoy a brazos de mi capitán y a la espera de poder abrazar a mi pequeña.Lo hemos logrado mi amor,solo pensar en tanta felicidad me asusto.A penas sé lo que eso significa...
-Pues te prometo por mi vida que es tuya,que a partir de este momento la vida no te deparará sino dicha.Nos despertaremos cada mañana entre sonrisas,al lado de Alba y seremos felices por siempre.
-Mi pequeña...pensé que nunca...
-No,ni lo mentes de nuevo- me interrumpió Tristán- ahora solo quiero que te recuperes,que descanses,y que mantengas siempre esa sonrisa en tu rostro.
-El motivo de esa sonrisa eres tú,así que no dejes que desaparezca.
Y nuevamente,sentí como mis labios rozaban los suyos.
Continuamos nuestro camino,y por más que insistí no conseguí hacerle cambiar de opinión.Así que a brazos del capitán llegué a Puente Viejo,como esa princesa rescatada por su apuesto príncipe.Y así me sentía yo,como en cuento de hadas,del que no quería despertar.
Aquí dejo la siguiente parte,espero que os guste!
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Capítulo 2 ~Pedacitos de felicidad~
El camino se me hizo largo y pesado.A penas sentía las piernas,y aunque había logrado conciliar el sueño varias horas,no conseguía igualar el paso de Tristán.Me detuve por un instante,respiré profundamente y cerré los ojos.Una gran dicha inundaba mi corazón y en mi rostro se dibujaba una sonrisa.Sentí como alguien se acercaba y al punto me vi suspendida en el aire.Abrí los ojos y pude ver como mi soldado me llevaba en brazos.Sus ojos cansados,después de toda una noche velándome,me miraban,su cabello desaliñado era ondeado por el viento y sus labios esbozaban la más dulce de las sonrisas.
-¿Hacía donde nos dirigimos soldado?-le pregunté con picardía.
Y acercándose al oído me susurró:
-Hacia las estrellas,en lo más alto del cielo.
-Entonces,no es menester que avancemos más,pues a ras del cielo estamos.
-¿Alcanzando la felicidad?
-Tocándola con la punta de los dedos.
Y ambos nos fundimos en un tierno beso.
-¿Acaso piensas llevarme todo el camino acuestas?-dije sorprendida.
-He cargado con hombres heridos más pesados que tú,partera.
-¿Así que con eso me comparas?¿Con un centenar de soldados?
-No,ellos luchan por la gloria,yo ya la tengo a mi vera.
-Anda,no me adules capitán que se me pone cara de niña mimada-dije entre risas.
-Esa es la cara que quiero ver cada día,cada mañana,cada segundo...solamente quiero que seas feliz...
-¿Y piensas que no lo soy? Si esto más me pareciese un sueño que la propia realidad.
-Entonces,soñemos pues.
-Sí...¿qué más puedo pedir?Estoy a brazos de mi capitán y a la espera de poder abrazar a mi pequeña.Lo hemos logrado mi amor,solo pensar en tanta felicidad me asusto.A penas sé lo que eso significa...
-Pues te prometo por mi vida que es tuya,que a partir de este momento la vida no te deparará sino dicha.Nos despertaremos cada mañana entre sonrisas,al lado de Alba y seremos felices por siempre.
-Mi pequeña...pensé que nunca...
-No,ni lo mentes de nuevo- me interrumpió Tristán- ahora solo quiero que te recuperes,que descanses,y que mantengas siempre esa sonrisa en tu rostro.
-El motivo de esa sonrisa eres tú,así que no dejes que desaparezca.
Y nuevamente,sentí como mis labios rozaban los suyos.
Continuamos nuestro camino,y por más que insistí no conseguí hacerle cambiar de opinión.Así que a brazos del capitán llegué a Puente Viejo,como esa princesa rescatada por su apuesto príncipe.Y así me sentía yo,como en cuento de hadas,del que no quería despertar.
Me he quedado sin palabras , la verdad no se ni que escribiros , me habeis maravillado completamente y tened por seguro que os leere simpre y que esperare con ansias otra escena vuestra porque os habeis superado chicas , sois geniales :)
ayyyyyyyyyyyyy que ternura al escribir es que vamos yo las contratria de guionista a la de ya eh sigan colgando porfi
Carol, Ruth, vosotras ya me conoceis, y sabéis que siempre leeré vuestras historias. Me ha encantado estos dos capitulos, escribís con una ternura que nadie la tiene, muchas gracias por hacernos felices a todas con vuestras palabras :)
Que tierno, que bonito, que todo, por Dios ... Habría sido precioso que a la pobre Pepa le hubiesen dado un final así ... Podrían haberse inventado alguna otra cosa para justificar su marcha,pero en fin, poco se puede hacer ya ... Excepto que digan que todo a sido un sueño de Resines ... (Mejor reír que llorar) ... Pero en serio, es agradable leer otro final alternativo. Me encanta que la pequeña se llame Alba ... Mucho mas APROPIADO que Aurora ... Señor, yo aún me estoy tirando de los pelos cada vez que lo pienso XD
Chicas, perfecto... QUe bonito.. Me ha encantado la comparacion principe-princesa! continuad pronto... Os pasais por mi historia?
Muchísimas gracias a tod@s! La verdad es que es de agradecer, que nada más empezar a la gente le guste En breve, tendreís el capítulo 3.
Capítulo 3~ El comienzo de un sueño~
Nos dirigimos al Jaral, pues Tristán pensó que lo mejor sería parar allí a descansar. Él ya había hablado con el alcalde para que cancelara las búsquedas de ambos, por lo que se podían quedar tranquilos.
-Anda bájame ya…-dije cuando llegamos a la finca
-Mira que eres cabezota.
-Tristán, no estoy impedida, puedo andar…Además ya he descansado un buen rato.
-¿Allí? ¿En medio del bosque?
-Así es.
-A eso no se le puede llamar descansar. Así que aunque solo sea por hoy, usted me va a hacer caso, señorita testaruda.
Suspiré sonriente. Tristán me llevó hasta mi habitación y me depositó suavemente sobre la cama.
-¿Sabes que podría acostumbrarme a este trato que me brindas?
-Acostúmbrate pues. Lo tendrás siempre que lo desees- besando mis labios
Me incorporé sentándome en la cama. El así lo hizo a mi lado, cogiéndome de las manos y entrelazándolas, al igual que nuestras miradas.
-Capitán… ¿Y mi pequeña? Quiero verla.
-Tranquila Pepa, ya te dije antes que la dejé bien cuidada por Emilia. No tardaran en venir, y si eso es lo que te preocupa iremos nosotros mismos allí.
Le miré sonriente, dándole un abrazo.
-Gracias-susurré en su oído
-¿Por qué?
Él me acariciaba el pelo, seguíamos abrazados.
-Porque el capitán Castro ha resultado ser muy buen partero, después de todo.
Él comenzó a reir.
-No te burles, partera.
-No lo hago, soldado. Hablo en serio. La única persona que deseaba que estuviese conmigo eras tú. No precisaba nada más.
Me dedicó una sonrisa tierna, justo en ese instante Raimundo entró por la puerta.
-¡Santo cielo! Tenía la esperanza de encontraros aquí.
Entró y se apresuró hasta llegar hasta la habitación. Tenía gesto preocupado, vino hacia mi y me dio un abrazo.
-Vaya, Raimundo. Creo que es la primera vez que oigo esa expresión salir de su boca-reí.
Él me devolvió la sonrisa.
-Tu mejor estate calladita. No creas que se me ha olvidado la jugarreta que preparaste para Emilia y para mí.
Suspire sonriente.
-Me alegro de que estéis bien.
Nos expresó finalmente, pues ahora su gesto se había tornado a uno aliviado y bastante mas sosegado que antes.
-Gracias padre.-habló Tristán que hasta ahora había permanecido observando risueño.
-¿Y mi niña?
Mis preguntas fueron respondidas al instante, entrando Emilia con ella por la puerta.
Nos dirigimos al Jaral, pues Tristán pensó que lo mejor sería parar allí a descansar. Él ya había hablado con el alcalde para que cancelara las búsquedas de ambos, por lo que se podían quedar tranquilos.
-Anda bájame ya…-dije cuando llegamos a la finca
-Mira que eres cabezota.
-Tristán, no estoy impedida, puedo andar…Además ya he descansado un buen rato.
-¿Allí? ¿En medio del bosque?
-Así es.
-A eso no se le puede llamar descansar. Así que aunque solo sea por hoy, usted me va a hacer caso, señorita testaruda.
Suspiré sonriente. Tristán me llevó hasta mi habitación y me depositó suavemente sobre la cama.
-¿Sabes que podría acostumbrarme a este trato que me brindas?
-Acostúmbrate pues. Lo tendrás siempre que lo desees- besando mis labios
Me incorporé sentándome en la cama. El así lo hizo a mi lado, cogiéndome de las manos y entrelazándolas, al igual que nuestras miradas.
-Capitán… ¿Y mi pequeña? Quiero verla.
-Tranquila Pepa, ya te dije antes que la dejé bien cuidada por Emilia. No tardaran en venir, y si eso es lo que te preocupa iremos nosotros mismos allí.
Le miré sonriente, dándole un abrazo.
-Gracias-susurré en su oído
-¿Por qué?
Él me acariciaba el pelo, seguíamos abrazados.
-Porque el capitán Castro ha resultado ser muy buen partero, después de todo.
Él comenzó a reir.
-No te burles, partera.
-No lo hago, soldado. Hablo en serio. La única persona que deseaba que estuviese conmigo eras tú. No precisaba nada más.
Me dedicó una sonrisa tierna, justo en ese instante Raimundo entró por la puerta.
-¡Santo cielo! Tenía la esperanza de encontraros aquí.
Entró y se apresuró hasta llegar hasta la habitación. Tenía gesto preocupado, vino hacia mi y me dio un abrazo.
-Vaya, Raimundo. Creo que es la primera vez que oigo esa expresión salir de su boca-reí.
Él me devolvió la sonrisa.
-Tu mejor estate calladita. No creas que se me ha olvidado la jugarreta que preparaste para Emilia y para mí.
Suspire sonriente.
-Me alegro de que estéis bien.
Nos expresó finalmente, pues ahora su gesto se había tornado a uno aliviado y bastante mas sosegado que antes.
-Gracias padre.-habló Tristán que hasta ahora había permanecido observando risueño.
-¿Y mi niña?
Mis preguntas fueron respondidas al instante, entrando Emilia con ella por la puerta.