Notificaciones
El diario de Alba.

Subforo de La Casona

El diario de Alba.

El diario de Alba.

Triestrellasara
07/04/2012 11:44
Os voy a dejar mi historia alternativa de puente viejo y espero que os guste:)
Triestrellasara
07/04/2012 11:48
Capítulo 1.

3 de mayo de 1903.

Todo ha pasado demasiado rápido, ahora ni si quiera sé quién soy, ya no soy la Pepa que era, ahora soy la dueña de toda una fortuna. Hace ya un mes tuve que comenzar a encargarme de los asuntos de la finca. Desde que Olmo entro en la cárcel. Aun no he logrado comprender porque lo hizo, porque la mato, madre no lo merecía, quizás fue por ambición, o por odio, aunque la verdad prefiero no saberlo, ojalá nunca jamás tenga que saber de ese ser despreciable al que un día acepte como hermano. Lo que sí que está claro es que ya no soy la que era, no soy la Pepa que un día llego a Puente Viejo, de ninguna manera podía serlo, estando aquí he pasado muchas desgracias, pero también las mayores alegrías, y nunca me arrepentiré de haber decidido quedarme aquí, ni de nada de lo que he hecho aunque quizás sí que debería de arrepentirme de algo, debería arrepentirme de amarle siendo mi hermano. Pero no puedo, mi corazón no me lo permite y creo que nunca me lo permitirá, es demasiado amor, y aunque debería de arrepentirme no puedo. Ahora lo que sí que me toca es aprender a mantener la distancia y a estar feliz por el porqué se va a casar, aunque me duele en el alma, pero es lo mejor. En este momento lo que más me preocupa es Emilia en cualquier momento podría ponerse de parto, por un lado estoy preocupada por ella porque es primeriza, pero por otro lado estoy feliz porque por fin tendremos a esa criatura entre nosotros. Raimundo también me preocupa en estos últimos tiempos ha cambiado demasiado ya no es el Raimundo que yo conocí, pero la verdad es que todos hemos cambiado, para bien o para mal así es. Sé que ha perdido tanto como tenia pero debe asumirlo y seguir viviendo con lo que tiene, debe asumir que las cosas son así y que no hay vuelta atrás, la verdad sea dicha es que Juan no es el mejor de lo patrones ni mucho menos pero es lo que hay.
Ahora que Tristán se va a casar es cuando más echo de menos a mi madre, ella era un gran apoyo para mi, y ahora ya no está conmigo, Olmo le arrebato la vida y con ella mis ganas de vivir, pero la verdad es que he decidido comenzar una nueva vida, siendo quien ahora soy, voy a intentar olvidar lo malo de mi pasado y comenzare a encargarme de todo lo referente a la finca, lo hare por ella pues se que la hubiera encantado verme así. Si he de seguir adelante lo haré como a ella le hubiera gustado y es por ella por quien debo hacerlo. Tampoco debo olvidar mi pasado ni sentir vergüenza por él porque estoy muy orgullosa de mi pasado y lo estaré siempre.
*********************
Esa misma tarde-noche.

-¿Pepa estás bien?-estaba preocupada por su hermana.

-Si te digo la verdad no lo sé, debería estar feliz por el pero la verdad es que no puedo.-no podía aceptar tal noticia aunque hubiera sido yo misma la que le echo en sus brazos.

-¿Todavía le quieres verdad?-después de pronunciar tales palabras se arrepintió.

-Si, como no le voy a querer si es el único hombre al que he amado verdaderamente y el único al que amo y al que amare.-aunque no debería era así le amaba más que a mi propia vida y si tendría que dar mi vida por él la daría.-Se que no debo, pero que puedo hacer? Mi corazón no entiende de razones ni de cuestiones de sangre.

-Lo sé Pepa sé que no se puede borrar el amor más grande de un día para otro, ni en una vida entera se puede. Te lo digo por experiencia.-agacho la cabeza recordando a Juan.

-¿Tú también se sigues amando, verdad?

-Como dejar de hacerlo, si le quiero desde que apenas levantaba un palmo del suelo.-una lágrima amenazaba con salir al recordar los momentos que vivió con él.

-Valla dos nos hemos juntado.-mostro una pequeña sonrisa y abrazo a su hermana.-Cambiando de tema, ¿quieres quedarte a cenar?

-Pepa yo… No sé, es que quizás me estén esperando.-dijo sin saber muy bien qué hacer.

-Venga Soledad, quédate, Tristán ya sabía que venías ah verme o sea que si no vas a cenar no se van a extrañar por ello.-intento convencerla.-¿No pensaras dejarme sola un día como hoy?

-Está bien.-accedió a la petición de la joven.


********************
La verdad es que de un tiempo a esta parte Soledad y yo estamos muy unidas, ella me apoya y yo la apoyo a ella, es mas gracias a ella se descubrió la verdad, y eso se lo agradeceré siempre. Ojalá algún día decida mostrarle a Juan lo que siente ahora que Enriqueta no está y que ella está sola también, estoy segura de que Juan sigue enamorado de ella, porque como Soledad me dijo esta misma tarde, ni en una vida entera se puede olvidar un amor tan grande. Y Juan no va a ser la excepción ni mucho menos.
*************************
Escuche que alguien llamo a mi puerta por lo que corriendo guarde mi diario y lo metí en el primer de los cajones de mi escritorio.

-Puedes pasar.-dije pensando que sería Inés. Y efectivamente era ella.

-Señorita tiene visita.

-¿Visita a estas horas?-no tenía ni idea de quién podría ser ya que era demasiado tarde.
Triestrellasara
10/04/2012 01:50
Capitulo 2.:
-Sí señorita, es su hermano el señorito Tristán Castro.-aclaro.
-¡¿Tristán?!-dije sorprendida pues no me lo esperaba.
-Sí señorita. ¿Le va a recibir o le pido que se marche?-pregunto.
-Sí, ahora mismo bajo.-la señale un gesto indicando que ya podía irse.
Me acerque hasta mi cama, donde tenía mi bata y la cogí y me la puse para bajar a recibirle.
Tras ponerme la bata salí de mi habitación y baje hasta el salón, que era donde Tristán me esperaba.
-Buenas noches.-me pronuncie en cuanto entre en el salón.

-Pepa siento venir a estas horas pero necesitaba hablar contigo.-se disculpo.

-No pasa nada.-aclare. Aquí me tienes para decirme lo que precises.

-Supe por mi hermana que ya sabes que pronto será mi boda con Gregoria.-la anuncie.

-Así es, me entere hoy.-intente mantenerme fuerte para que no se notará la tristeza que hacia mella en mi desde que supe tal noticia.-Sentémonos.

Ambos nos sentamos, el en el sofá y yo en uno de los sillones.

-La verdad es que no la quiero, no la amo, ni nunca lo haré. Por eso no me quiero casar con ella.-dijo con convencimiento de causa.

-¿Y por qué me cuentas a mí esto?-me temía la respuesta.

-Porque tú mejor que nadie sabes que a quien amo es a ti y que mi corazón te pertenece.-me comunico y al escuchar tales palabras me sobrevinieron recuerdos de cuando aun podíamos amarlos.

Preferí no decir nada y esperar a que fuera él quien hablara.

-Ojalá nunca nos hubieran contado la verdad. Si yo te hubiera convertido en mi esposa antes ahora nada nos separaría.-rompió el silencio que durante unos instantes gobernó la estancia.

-Si no fue así fue cuestión del destino que nos tenía reservada la desgracia que ahora vivimos. Aunque estuviéramos casados nada cambiaría nuestros lazos sanguíneos.-ya no podía contener las lágrimas apenas, por lo que hice un esfuerzo.

-Pero ya nada podría separarnos porque tú serías mía y yo sería tuyo por siempre. Porque tú y yo siempre estaremos unidos y no precisamente por cuestión de sangre, sino por cuestiones de corazón.-se levanto y sin pronunciar una palabra más se marcho, dejando que las lágrimas inundaran mi rostro sin que nada lo impidiera.

******************
4 de mayo de 1903.:
Tras la conversación que mantuve la noche anterior con Tristán mi pena es más grande. Y después de darle muchas vueltas quizás si nos hubiéramos casado antes de saber tal verdad ya nada nos podría separar o si, quien sabe. Por desgracia nunca lo sabremos. Las palabras de Tristán hicieron mella en mi corazón y me terminaron de demostrar que el todavía me amaba, cosa que hasta aquella misma noche ya dudaba.
Ojalá todo fuera una pesadilla y me despertara y el y yo no seríamos hermanos, eso sería lo que más feliz me haría, pero la verdad es que esto no es una pesadilla ni me voy a despertar.
Hoy he pasado la tarde con Emilia. En mi opinión en esta misma semana su niño nacerá, ojalá sea así que la pobre ya no puede ni con ella. Raimundo está feliz porque su nieto en breve nacerá y porque Emilia ya le ha perdonado.
Soledad ha estado con nosotras y la verdad es que se ha deprimido un poco porque ella ya no podrá tener hijos, pero está muy contenta por Emilia. A mí también me da envidia Emilia porque ella va a tener un hijo y yo he perdido el mío. Pero lo mejor será no recordarlo porque si recuerdo todo esto todavía será peor y mi pena será más grande.
La verdad es que me gusta recordar a mi niño pero no puedo evitar que se me rompa el alma al saber que ya no estará mas conmigo y que nunca llego a saber la verdad que nunca me llamara madre. Eso me mata pero nada puedo hacer lo mejor es recordarle con cariño. Todos los días al levantarme mi primer pensamiento es para él y todos los días al acostarme mi último pensamiento es para él, para mi niño.
Me encantaría que Flora volviera ahora, en este momento más que nunca la necesito, quiero que este conmigo, necesito que este conmigo. Pero por ahora me iré a dormir. Mañana será otro día.
musicintheair13
10/04/2012 18:24
Preciosa!! Esperando más ;)
Triestrellasara
10/04/2012 23:07
Me alegro de que te guste:)
_______________________________

Capitulo 3.

5 de mayo de 1903.


Hoy por fin ha nacido el hijo de Emilia como yo pensaba de esta semana no pasaría y así fue. Un precioso niño, muy hermoso. Al que han decidido llamar Raimundo en honor a su abuelo. Raimundo está más feliz que una perdiz, su nieto por fin ha nacido y para mas inri han decidido llamarle como él, por lo que no podía ser más feliz. Tan solo le falta Sebastián. Parece ser que tiene pensado volver o eso han interpretado por lo escrito en sus cartas. Y la verdad si vuelve haría muy feliz a muchos entre ellos a Tristán... Tristán fue quien vino en mi búsqueda para que asistiera el parto de Emilia ya que se puso de parto cuando estaba en la casona trabajando. Y mira que yo la dije y la repetía que no fuera esta semana a faenar a la casona, pues nada que no me hizo ni caso, y mira. Menos mal que todo salió bien. Tristán se ha portado muy bien con Emilia ya que permitió que la atendiéramos en la casona, en su habitación... La verdad es que es el mejor hombre al que he conocido nunca, el más guapo y al que yo quiero con todo mi alma. Aunque no esté bien decirlo, pero nadie leerá esto nunca así que puedo escribir cuanto quiera y cuanto siento, y lo que siento es que le quiero más que a mi propia vida. Y después de como se ha portado hoy y cuando le he visto coger a el hijo de Emilia entre sus brazos me ha demostrado que sería un excelente padre para mis hijos, como lo fue para Martín. Pero para mi desgracia nunca podré llevar un hijo suyo en mi vientre. ¿Por qué tenemos que ser hermanos? ¿Qué hice yo para merecerme esto? Creo que no me lo merezco, he sufrido de mas para esta vida, creo yo que me merezco poder estar con el hombre al que amo y al que siempre amare, pero nada puedo hacer, estamos unidos por el corazón y separados por la sangre o quizás sea al revés. Quién sabe, desde luego yo no. Quizás ahora que el hijo de Emilia ya ha nacido lo mejor sea que me marche de Puente Viejo y así Tristán se olvide de mí y se case con Gregoria. Sería lo mejor para todos. Pero la verdad es que no puedo estar lejos de Tristán pero tampoco cerca, no puedo estar sin él, no tampoco con él. Igual que el destino nos unió, de un plumazo nos separo y esta vez para siempre y yo ya no se qué hacer porque le quiero y sé que si me quedo no seremos capaces de alejarnos, pero si me voy no seré capaz de estar lejos, además no puedo dejar a todos. Es demasiado lo que pierdo marchándome y demasiado poco lo que gano. ¿Por qué hay decisiones tan difíciles de tomar? Creo que por hoy ya basta de pensar. Mañana cuando me levante estaré más lucida para pensar con tranquilidad lo que tengo que hacer y tomas la decisión de irme o quedarme. Lo que es seguro es que la decisión que tome la cumpliré.

Esa misma tarde.

Después de casi dos horas por fin se escucho el llanto del bebe. Era un precioso niño.
Un rato después de escuchar el llanto del pequeño Tristán entró en la habitación para interesarse por el pequeño y por la madre.
-Se puede pasar.-asomo la cabeza por la puerta esperando una respuesta.


-Sí.-le comunique.

Tristán entro en la habitación y cerró la puerta tras él.

-¿Qué tal ha ido todo?-pregunto, interesándose.

-Muy bien la verdad, están bien los dos.-dije mientras sostenía entre mis brazos al pequeño.

-¿Puedo cogerle?-se mostro ilusionado.

-Si.-le coloque sobre los brazos al pequeño.

-Es muy guapo.-sonrió.-Es tan pequeño.

-Reí al escuchar las palabras de Tristán.-Claro, acaba de nacer.

-Es tan pequeño y frágil que parece que se va a romper.-sostenía al pequeño con una delicadeza impresionante, mientras yo con ternura observaba tal estampa.

-No sufras que eso no ocurrirá.-sonreí.
Triestrellasara
11/04/2012 20:04
Capitulo 4.
6 de mayo de 1903.

Cada día que pasa y estoy lejos de él mis ganas de vivir disminuyen, cada beso perdido, cada caricia, cada momento, esos siempre les añorare, pero los vividos siempre les recordare. Juntos vivimos los momentos más felices, o al menos para mí, y separados viviremos los más tristes. Los malos momentos. Vivimos cosas que ojalá nunca hubiéramos tenido que vivir. Tener que estar separados por nuestra sangre y a la vez unidos. Mis ganas de vivir disminuyen, no tengo a mi niño, ni tengo a Tristán, tampoco tengo a mi madre, todos a los que quiero se van de mi lado se separan de mi. Lo único que me mantiene es su recuerdo el recuerdo de aquellos días en los que mi soldado, mi niño y yo íbamos a formar la familia que ya éramos, pero por desgracia no pudimos. Hay cosas que siempre guardare y otras tantas que jamás podré guardar. Hoy es un triste día para mí y no sé porque, es de esos días en los que añoras lo que nunca tuviste o lo que llegaste a rozar con la yema de los dedos pero entre la niebla se esfumó como si de un sueño se tratara, entre los pensamientos se esfumó para no regresar.
Hay días en los que como hoy añoras todo y nada. Y me doy cuenta de que vivo a base de recuerdos, de los buenos recuerdos y hay momentos en los que vivo de malos recuerdos, de los peores.
Y hoy pienso que necesito de sus besos de sus caricias, necesito de nuestros momentos de amor. Ojalá pudiera besarle, ojalá pudiera quererle como le quiero, pero no puedo, ¡somos hermanos! Y no se vivir sin él pero tampoco con él, porque sin él no puedo y con él tampoco porque no se mantener la distancia.
Kumita23
12/04/2012 10:31
Una melancolía preciosa. Triste, pero hermoso. Gracias.
Triestrellasara
12/04/2012 12:08
Capitulo 5.
7 de mayo de 1903.

Esta tarde la he pasado con Soledad, se acerca su cumpleaños, tan solo quedan 4 días y me ha pedido que la ayude a preparar su fiesta de cumpleaños, Hipólito le ha dado la idea de que prepare una fiesta de máscaras. Y yo me he ofrecido a ayudarla ya que necesito distraerme.
**************
Esa misma mañana.

Acababa de llegar a la casona para visitar a Soledad. Primero visite a Rosario que fue quien me indico que Soledad se encontraba en su habitación y anuncio mi llegada. Ya cuando Rosario me anuncio que Soledad sí que me podía recibir subí las escaleras recorrí el pasillo y me quede parada ante la puerta de la habitación de Tristán, me asome al ver que la puerta estaba abierta y le vi, estaba sentado escribiendo una carta. Tras unos instantes parada observándole seguí mi camino hasta llegar a la habitación de Soledad.

-¡Pepa! Gracias por venir.-agradeció la joven.

-De nada Soledad. ¿Para qué me requerías?-pregunto.

-Siéntate y te cuento.

Nos acercamos hasta la cama y nos sentamos.

-Veras como ya sabes dentro de 4 días es mi cumpleaños.-me anuncio por si no lo sabía y yo asentí.-Pues ayer Hipólito me dio una idea.

-¿Y qué idea es esa porque viniendo de Hipólito?-pregunte desconfiada.

-Me dijo que podía celebrar una fiesta de máscaras, y no me parece mala idea.-me comunico.-¿A ti qué te parece?

-Pues no es mala idea, no.-la dije.-Si quieres yo te ayudo a prepararla.

-Me parece estupendo.-se paro por unos instantes.-Lo malo es que en la casona no la puedo hacer porque mi madre...

-No te preocupes será en el Jaral.

-¿Estás segura?-pregunto.

-Sí, acaso no soy la dueña de el Jaral pues se hará lo que yo diga.-la comunique.

-Gracias.-me agradeció.

-De nada, si te parece hoy comenzamos a preparar todo.-le dije ilusionada.

-Me parece perfecto.-Se acerco hasta mí y me dio un beso.-Gracias de verdad, no sé qué haría sin ti.
-De nada, pues harías lo que hacías antes.-la sonreí.-Bueno yo me tengo que ir. Vienes esta tarde al Jaral y comenzamos con los preparativos.-me levante de la cama.

-Vale, esta misma tarde voy. Quieres que te acompañé hasta la puerta?-me pregunto.

-No, no hace falta. Ya me sé el camino.-la di un beso y salí de la habitación.

Comencé a andar por el pasillo y otra vez me volví a parar ante la puerta de la habitación de Tristán, lo que no esperaba esta vez es que en ese mismo instante Tristán saldría de la habitación.

-Pepa.-dijo en cuanto me vio.

-Tristán...

-¿Qué haces aquí?-me pregunto.

-Yo... Yo ya me iba, vine a ver a Soledad pero ya me voy.-le informé.

-¿Vas al pueblo?-me pregunto con intriga.

-Sí.-conteste.

-Si no te importa vuelvo contigo, ¿vale?-me dijo.

-Me parece bien.

*************
Cada día le necesito mas, es muy difícil mantenerse alejada del hombre al que amas y mas teniéndole a tu lado. Pero ahora tengo que centrarme en preparar la fiesta de cumpleaños de Soledad. Tiene que ser perfecta, después de lo que ha sufrido se merece la mejor fiesta que ha tenido nunca y yo me tengo que encargar de que sea así, así que lo mejor va a ser que me vaya a dormir así mañana me levanto temprano y preparo algo.
Triestrellasara
13/04/2012 16:36
Capitulo 8.
Seguíamos inmersos en el beso en nuestro beso. En aquel beso que tanto deseábamos. Poco a poco Tristán comenzó a desatar los botones de mi vestido.

-Tristán...-intentaba pararle el poder de sus besos era más fuerte que mi voluntad y que lo que me indicaba la razón.

Llego un punto en el que ya nos daba igual que fuéramos hermanos o no. Como no podía ser de otra manera solo entendíamos al corazón y no a la razón.
Tristán termino por desatar todos los botones de mi vestido. Ya comenzando yo a quitar su chaqueta para más tarde desatar cada uno de los botones de su chaleco. Mientras que nos fundíamos en el mejor de los besos. Tristán comenzó a besar mi cuello, haciéndome soltar un gemido de placer. Yo mientras tanto acabe de quitarle el chaleco y los tirantes. Yo le acariciaba la cara con dulzura, con ternura, con amor. Fue entonces cuando me di cuenta de que el ya se había despojado de casi toda mi ropa y yo no podía permitir que el me ganara por lo que le desabroché la camisa y poco a poco se la quite. Yo seguía apoyada en la pared por lo que le agarre de la mano sin cortar su beso y le lleve hasta el catre.-Al cuerno nuestra condición de hermanos-pensé. En ese momento yo le amo como hombre y él me ama como mujer. Ya yacíamos en la cama, desnudos, cuando note su calor dentro de mí y nuestros corazones seguían el mismo compás y nuestros gemidos sonaban al unísono. Yo recibía sus besos y el los míos, besos cargados de pasión, de la pasión que requería el momento. Hasta que juntos alcanzamos el mayor placer y caímos rendidos uno en brazos del otro.

-Te quiero.-le dije mientras acariciaba su pecho.

-Y yo a ti.-me respondió el. Y me proporcionó otro dulce beso.

-Júrame que esto no es un sueño y que mañana me despertaré entre tus brazos.-eso fue lo último que pronuncie esa noche antes de que el sueño pudiera conmigo.

***********************

12 de mayo de 1903.

Era temprano cuando comenzaron a entrar los primeros rayos de sol por la ventana de mi habitación. Los mismos rayos que provocaron que yo me despertará. Fui abriendo los ojos poco a poco y entonces fue cuando me vi abrazada a él. Tan solo tapados por una sabana. En aquel momento fue cuando comprendí la gravedad de nuestros actos. -¡Somos hermanos!-dije en un susurro mientras que me separaba de él tapándome con la sabana. Me separe de él quedando casi en la otra punta de la cama sin saber muy bien qué hacer. En ese momento fue cuando él se despertó. Y se quedo mirándome, clavando sus ojos en mí.

-¡¿Qué hemos hecho, Tristán, qué?! -le pregunte algo alterada por la situación.

-Nada malo, lo que hacen dos personas que se aman.-me comunico sin convencimiento de causa.

-¡Somos hermanos!-casi grite.

-Pepa, a mi me da igual que seas mi hermana o que no, yo te amo y lo demás no me importa.-me miraba a los ojos mientras me decía tales palabras.

-Vete por favor.-dije girándome quedando así mirando hacía la ventana.

-Habíamos jugado con fuego y nos habíamos quemando.-pensé.

Pasaron unos minutos hasta que Tristán se vistió y salió de la habitación. Dejándome sola con mis pensamientos y mis remordimientos. -¿Cómo he podido caer así?-me pregunte sin recibir respuesta.

Había sido mucho lo que luche por no caer en la tentación y ahora todas mis luchas habían caído en saco roto, de nada servía alejarme de él porque cuanto más le intentaba alejar más le acercaba sin darme cuenta. Quizás a llegado la hora de marcharme.

Fue entonces cuando llamaron a mi puerta.

-Un momento.-dije, comenzándome a vestir con la mayor rapidez posible.

Ya cuando acabe de vestirme abrí la puerta.

-Señorita tiene visita.-me anunció Inés.

-¿Y de quién se trata?-le pregunte.

-Su hermana, la señorita Soledad.-me comunicó.

-Pues ahora mismo bajo.

Ya cuando Inés se retiro acabe de adecentarme y baje a recibir a Soledad.

-Buenos días.-dije nada más entrar en la sala.

-Buenos días Pepa.-contesto ella.

-¿A qué se debe tú visita, tan temprano?-la pregunte con cierta curiosidad, intentando que no se notará demasiado mi preocupación por lo ocurrido la noche anterior.

-Mi hermano... No vino anoche a dormir a casa y... por he venido a ver si sabías algo.-me comunicó la causa de su visita.

-No...-cambie mi gesto por uno más culpable.

-¿Pepa te pasa algo?-me pregunto preocupada.

-No... No es nada.-mentí.

-Pepa no me mientas, sabes que puedes confiar en mí ¿no?
Triestrellasara
14/04/2012 00:33
Sorry que se me fue y puse el capi 8 en vede de el 6 :$
Triestrellasara
14/04/2012 00:40
Capitulo 6.
8 de mayo de 1903.

Esa misma mañana.

-Pepa, tengo algo que pedirte.-le anuncio Emilia.

-Dime.-me acerque hasta Emilia y me senté a su lado.

-Me gustaría que tú fueras la madrina de mi niño, si a ti te parece bien claro esta.-la comunico esperando que su respuesta fuera un sí.

-¿De verdad me lo dices?-dije emocionada. Emilia asintió.-Pues claro que sí.

-Gracias Pepa.-la dio un beso sobre la mejilla derecha.

-Gracias a ti, por tenerme en cuenta y pensar en mí.-la agradecí.

-Y si no te importa pensé en que fuera Tristán el padrino, en estos meses se ha portado muy bien conmigo y me gustaría que fuera él.

-¿A mí? ¿porqué ha de importarme? No me importa, me parece bien es tu decisión y la respeto.

-Pepa se que para ti no es fácil...-la pare antes de que continuara.

-No quiero hablar de ello. Y ahora si me disculpas tengo que ir a visitar a Soledad.-me levante de donde me encontraba sentada di dos besos a Emilia y me fui.


Hoy había sido un día extraño, alegre por una parte ya que Emilia me había elegido a mí para ser la madrina de su hijo y eso me hacía muy feliz. También ha sido un día un poco difícil porque he recordado a Tristán como no debí hacerlo. Por otra parte estaba muy contenta ya que iba a ser la madrina del pequeño Raimundo y estaba emocionada por ello y por la fiesta de Soledad.
____________________________________________________________________________


Capitulo 7.
11 de mayo de 1903.

-¿Ya está todo?-me pregunto Soledad nerviosa ya que ya era casi la hora de la fiesta.

-Sí, no te preocupes que yo personalmente me he encargado de todo.-la tranquilice.

-Gracias Pepa, gracias por todo.-me agradeció.

-No tienes nada que agradecerme esto lo he hecho por gusto y me alegro de ello.-la di un abrazo.-¿Vamos?-dije al percatarme de la hora que ya era.

-Vamos.

Soledad y yo fuimos al salón que era donde se celebraría la fiesta y allí esperamos a que fueran llegando los invitados, el primero fue Tristán, que por cierto estaba guapísimo, como siempre. Llego el primero y solo no fue con Gregoria como Soledad y yo esperábamos, dijo que no pudo venir porque tenía que atender a un paciente. Y la verdad casi mejor que no apareciera. Después llegaron los Castañeda, Mariana, Alfonso, Juan… Fui yo quien le invito a pesar de que Soledad me dijo que no lo hiciera. También llego Emilia. Raimundo no asistió ya que decidió quedarse a atender a su nieto para que Emilia pudiera asistir. Y fue llegando más gente alguna a la que yo no conocía, que fueron invitados por Soledad.

La fiesta transcurría con normalidad, la gente felicitaba a la cumpleañera y le entregaban algún que otro regalo. Yo por otra parte solo podía estar pendiente de Tristán y Soledad lo noto por lo que decidió hablar conmigo.

-¿Pepa, estás bien?-me pregunto con preocupación.

-Sí, sí, solo es que bebí demás pero no te preocupes tú disfruta de la fiesta.-la comunique, aunque sin seguridad ante las palabras que pronuncie.

-¿Estás segura?-siguió insistiendo.

-Sí, vete tranquila, yo me retiraré un rato a mi habitación y en un rato bajaré.-la anuncié.

-Está bien.-acepto y volvió a la fiesta, mientras que yo me iba a mi habitación.

********************
-Hermana.-le dijo Tristán a Soledad al ver que volvía sin mí.

-¿Si?-pregunto para saber para que la requería.

-¿Y Pepa?-mostro su preocupación.

-Pepa… se fue a su habitación, no creo que tarde en volver.-dijo y se volvió a poner su máscara.-Bueno hermano yo me voy a seguir disfrutando de la fiesta.

Yo estaba en mi habitación cuando Tristán sin llamar entró.

-¿Qué haces aquí?-le pregunte extrañada por su presencia.

-Yo… Vine a ver que te ocurría, te fuiste sin decir nada.-se justifico por su presencia.

-Pues ya ves estoy más que bien.-me apoye en la pared.

Tristán al ver tal gesto se acerco hasta mí. Me arrincono contra la pared y se paro ante mí, y ambos quedamos mirándonos a los ojos. Leyendo en ellos el amor que nos procesábamos y el deseo que fundirnos en un beso.

-¿Qué estamos haciendo Tristán?-me pronuncie al verme en tal situación.

-Nada.-se continuó acercando hasta mí, dejándome casi sin aire con el que poder respirar.
Nos fuimos acercando poco a poco como nuestros corazones nos dictaban en aquel momento, nuestras narices chocaron comenzando así un juego, un juego de fuego en el que íbamos a terminar quemándonos. Finalmente comenzaron a rozar nuestros labios, para que instantes después nos fundiéramos en el más dulce y apasionado beso. Quizás ese estaba siendo el mejor beso que él me dio, o quizás era el tiempo que llevaba sin catar sus besos el que me hacía pensar así.


PD: aquí os dejo el capi 6 y 7 y el 8 ya le tenéis :)
Vicky98
25/04/2012 16:54
Pero continua de una vez porque esta súper interesante .
Ojalá se quede preñada y ellos dos juntos.
martape
25/04/2012 17:24
Muy bonito Sara, continua cuando puedas!!!

Vicky hija cuanto tiempo, pensé que te habías enfadado o algo así!!!!
Triestrellasara
29/04/2012 23:29
Capitulo 9.
25 de mayo de 1903.


Cada día se me hace más difícil vivir, vivir recordando sus caricias, sus besos, recordar que habíamos jugado con fuego y nos habíamos quemado. Y pensar que un día pensé que sabríamos mantener las distancias. Como fui tan tonta, ni con Gregoria de por medio lo hemos conseguido. Que ingenua fui pensando que lo mejor sería echarle en brazos de Gregoria, esa fue otro de mis errores, como tantos otros, ¿cómo pude pensar que estando con otra me olvidaría? Debí darme cuenta de que era lo peor porque así solo consigo que se hagan daño, él por más que lo intente no lo conseguirá, no conseguirá amarla, lo sé porque a mí me pasa igual, ni en mil años se borraría mi amor por él. Y sé que a Tristán le pasa lo mismo. Por lo que lo único que he conseguido es que Gregoria sea infeliz porque Tristán no la quiere, y que Tristán sea infeliz porque intenta quererla como me quiere a mí y no lo consigue. Que ingenua fui, lo mejor hubiera sido que yo me fuera, quizás eso es lo mejor que yo me marche para siempre. Sí eso haré me iré, esperaré al bautizo de el pequeño Raimundo y me iré. Eso será lo mejor y lo que debí hacer hace mucho tiempo. Así Tristán se casara con Gregoria y quizás algún día incluso consiga quererla aunque no sea como me quiere a mí. Además si mis sospechas se confirmaban tendría que irme para siempre de Puente Viejo.

Capitulo 10.
26 de mayo de 1903.


Esa misma tarde.

Era por la mañana, temprano, cuando me pase por la Casona. Fui en busqueda de Emilia ya que teníamos que ultimar los detalles del bautizo del pequñe Raimundo. Ya tan solo quedaba un día para el acontecimiento.

-Buenos días.-abrí la puerta de cocina de la Casona y la cerré tras mi paso.

-Buenos días Pepa, ¿qué te trae por aquí tan temprano.-me pregunto Rosario.

-Pues venía a hablar con Emilia, pues tenemos que terminar los preparativos del bautizo.-la di por respuesta.

-Pues todavía no ha llegado.-me comunico.

-¿Y Soledad, ya se ha levantado?-la pregunte.

-Sí. Está en su habitación, si quieres sube a verla que en cuanto llegue Emilia la aviso de que la buscabas y te irá a buscar.

-Me parece perfecto.- me marche escaleras arriba.

Subí las escaleras hasta llegar a la primera planta, donde se encontraba Francisca desayunando intente que no me viera y comencé a subir las escaleras que me llevaban al segundo piso, cuando escuche su voz "partera" dijo.

-¿Si?-fui andando hasta el salón para averiguar para que me requería.

-¿Qué maneras son esas de entrar en una casa?-me pregunto.-¿Acaso no sabes saludar?

-Buenos días. Ahora si me disculpa yo venía a ver a Soledad.-me gire con la intención de irme.

-¿A qué tanta prisa partera?-sus palabras me hicieron volver a girarme.

-Tengo muchas cosas que hacer señora.-la conteste yo a su pregunta.

-Si tú lo dices será.-dijo con cierta ironía.

-Ahora si me disculpa me voy a ver a su hija.-me giré y me fui, comencé a subir escaleras arriba hasta llegar al segundo piso donde recorrí el pasillo hasta llegar a la habitación de Soledad. Di dos golpes en la puerta esperando una respuesta hasta que Soledad me dijo que podía pasar.

-Buenos días.-me mostro una amplia sonrisa, de las que hacía ya casi un año que no mostraba.

-¿A qué tal sonrisa?-la pregunte con cierta intriga.

-A nada. ¿A caso una no puede estar contenta?-me respondió con otra pregunta.

-Sí, sí.-la mire con una media sonrisa.

-Pepa, ¿qué tienes?-se intereso por mí al ver tal gesto.

-Nada...-la mentí y ella no tardo el darse cuenta.

-Ven.-me cogió del brazo y me condujo hasta la cama donde me mostro un gesto para que me
sentara.-¿Qué te ocurre?-me cogió de las manos.

-Soledad...-no sabía cómo contarle mis sospechas. Agache la cabeza sin fuerzas.

-Eh Pepa, mírame.-me cogió de la barbilla y me levanto la cara hasta que quede mirándola. -Cuéntame que te ocurre.

En ese momento escuche un ruido al que no le di más importancia. Pero debí dársela. La puerta estaba entre abierta y Tristán se encontraba al otro lado de a puerta ya que iba en búsqueda de Soledad pero al ver tal estampa decidió esperar a que termináramos de hablar.

-Soledad, yo... Yo creo que estoy embarazada.-termine por confesarle mis sospechas.

La cara de Soledad en aquel momento era un poema, se había quedado a cuadros y Tristán que se encontraba al otro lado de la puerta también. Aunque al escuchar mis palabras no puedo evitar sonreír.

-Emba... Embarazada, de Tristán.-termino por decir.

En ese momento entro Tristán por la puerta.

-Tristán.-dije nada más verle algo alterada por lo que podría haber escuchado.

-Tristán, ¿qué haces aquí?-le pregunto nada más verle.

-Venía en tu búsqueda hermana.-se dirigió a Soledad.

-Bueno yo será mejor que me marche y os deje solos.-compartí una mirada cómplice con Soledad y me fui.
musicintheair13
29/04/2012 23:47
Continua...
Vicky98
17/05/2012 09:35
Vams tries, sige, que me has dejado
: O, va, que aqui tienes una seguidord.
Triestrellasara
17/06/2012 19:40
Capitulo 11. Parte 1.
28 de mayo de 1903.


Es temprano, apenas acababa de despertarme y me disponía a bajar a desayunar. Hoy era un gran día. Era el bautizo de él pequeño Raimundo. Y yo era la madrina. Y el padrino... Pues el padrino era… Tristán. Y sé que me costaría un mundo verle. Y más ahora. No sé qué debo hacer. ¿Se lo digo, o me lo guardo? Por un lado pienso que lo mejor será no decirle nada, pero por otra parte pienso que merece saber que va a tener un hijo. Pero quizá se le parta el alma al saber que su hijo jamás le conocerá como tal, sino como tío. Entonces pienso que no sé qué es lo mejor. En definitiva que no sé qué hacer.

Un ruido me saco de mis pensamientos. Llamaban a la puerta de mi habitación y como bien supuse era Inés que venía a despertarme, sin saber que llegaba tarde. Tras verme se despidió y se fue a disponer mi desayuno.

***************
-Buenos días Pepa.

-Buenos días.-la respondí-

-¿Cómo tan pronto por aquí?-me pregunto intrigada, ya que yo misma fui quien la dije que iría más tarde.

-Necesitaba hablar con alguien. ¿Y con quién mejor que contigo?-la saque de su intriga.
-Quieres hablar sobre tu....-no hizo falta que terminara la frase ya que yo la entendí a las mil maravillas.

-Sí... Emilia no sé qué hacer, no sé si debo decírselo a Tristán o no, porque si se lo digo él sabrá que su hijo jamás sabrá quién es su padre y eso le dolerá más que nada. Pero si no se lo digo si algún día se entera no me lo perdonará, el es su padre y como tal tiene derecho a saberlo...-la comunique mi angustia-

-Pepa yo en este caso pienso que lo mejor es que se lo digas, tú misma lo has dicho es el padre de esa criatura y como tal merece saber la verdad, merece saber que estas esperando un hijo suyo.-me dio su opinión.

Yo preferí no contestar por lo que opte por abrazarla.

-Bueno vamos a preparar todo que si no se nos va ha hacer tarde.

-Vamos.-me mostro una amplia sonrisa.

****************
-Tristán.-pronuncie su nombre nada más verle.

-Pepa.-me mira con dulzura.

-Tristán tenemos que hablar.-le anuncie.

En ese momento entro por la puerta Soledad.

-Buenos días- interrumpió la conversación sin ella saberlo.

-Buenos días.-nos pronunciamos al unísono.

-¿Qué haces aquí hermana?-la pregunto Tristán.

-¿Acaso no puedo venir a ver a el pequeño Raimundo?-le respondió con una nueva pregunta.

-Por supuesto Soledad.-le respondí yo.

-Bueno me voy a ver si Emilia necesita ayuda.-dijo y se fue.

-¿Bueno y de qué querías hablar?

-Nada, no es nada.-decidí que ese no era el momento más oportuno.-Tristán yo también me voy a ver si necesitan.-me fui.
Triestrellasara
17/06/2012 19:41
Capitulo 11. Parte 2.

Eran ya cerca de las 12 cuando ya todos se encontraban en las puertas de la iglesia, unos hablando otro esperando y pensando...

-Pepa.-me llamo Soledad, a la que no respondí.-¡Pepa!-me saco de mis pensamientos.

-¿Qué pasa?- pregunte yo.

-Nada solo quería hacerte una pregunta...-me dio por respuesta.

-Dime.

-Pepa le vas a decir a Tristán que estás...-interrumpí.

-Soledad... No sé, no sé qué hacer, ¿tú qué harías?- di por respuesta.

-Yo creo que lo mejor es que se lo digas.- dijo firmemente.

-Pero... ¿De verdad crees que es lo mejor?- pregunte.

-Sí Pepa, yo creo que sí.-me respondió y en ese momento salió don Anselmo de la iglesia para ver si ya estaba Emilia y vino hacía nosotras.

-Buenas don Anselmo.- salude.

-¿Sabéis si tardará mucho Emilia?-en ese momento vimos aparecer a Emilia.

-Buenas padre.

-!Dichosos los ojos! Pensé que ya no vendrías.-todos reímos y tras esto entramos en la iglesia.

La ceremonia transcurrió con rapidez. Y tras esta nos dirigimos hacia la casa de comidas dónde Emilia nos había dispuesto unos aperitivos.

Entre el jaleo de la gente y los llantos del pequeño Raimundo llego la hora de la comida. A la que tan solo asistimos los más allegados, Tristán, Soledad, todos los Castañeda, Don Anselmo y yo, Gregoria no pudo asistir o no quiso...

-Bueno creo que es hora de comer.-comenzó a poner los platos en la mesa.

-Espera Emilia que te ayudo.-fue entonces cuando las fuerzas me fallaron y me desmalle.

-¡Pepa!-grito Tristán a la vez que llego a tiempo para que no cayera el suelo.

*************

Cuando desperté me encontré con que estaba tumbada en la habitación de la casa de comidas, y Tristán se encontraba sentado a un borde de la cama con cara de preocupación.

-Tristán...-me encontraba algo perdida aún.

-¡Pepa! No nos vuelvas a dar un susto de estos!!-la miro y espero una respuesta.

Me incorpore poco a poco y me quede mirándole sin saber que decir.

-¿Estás bien?-preguntó preocupado.

-Sí.-respondí perdiendo mi mirada en un punto fijo.

-Pepa... ¿Qué tienes? Sé que te pasa algo, ¿me lo vas a contar o tengo que sacarte las palabras a regañadientes como a los críos pequeños?-me miraba.

-Creo que ha llegado la hora de contarte la verdad...-mi cara reflejaba un expresión un tanto extraña para Tristán.

-¿Qué has de contarme?-disimulo que no sabía nada.

-Tristán...-se me hacía demasiado difícil contarle la verdad.-Tristán...-volví a decir.-Estoy... Estoy emba... Embarazada.-agache mi cabeza tras pronunciar tales palabras.

Tristán callo y mostro una amplia sonrisa.

-Aquella noche de la fiesta...-preferí no seguir ya que él me comprendía a la perfección.

-Un hijo, nuestro, de los dos.-aunque ya lo sabía antes de que yo se lo confesara hasta ese momento no había caído en la cuenta.

-¡Tristán SOMOS HERMANOS!-comencé a llorar.

-Pepa me da igual todo porque mi corazón no entiende de sangre solo sabe que te amo más que a mi propia vida y que ese hijo será el producto del verdadero amor.

-Tristán a mi me ocurre lo mismo, pero voy a tener este hijo, sola, lejos de aquí, donde nadie le señale con el dedo por ser hijo de quien es.-se me partió el alma al tener que decir esas palabras.

-Le... Lejos de... De aquí...-titubeo sin dar crédito a mis palabras.-Si tú te vas me voy contigo, ahora me da igual todo.

-No Tristán, no voy a condenarte a una vida a mi lado sabiendo que no podemos amarnos como queremos, no te puedo hacer eso, ni a ti, ni a mí. Jamás me perdonaría que tuvieras que vivir una vida así.-pude ver las lágrimas que comenzaban a pronunciarse en sus ojos castaños.

-¿Y crees que para mí será fácil saber que tengo un hijo que nunca sabrá que soy su padre, que nunca me llamará padre, crees que podré vivir así?-las lágrimas ya inundaban sus preciosos ojos.

-No pero no nos queda de otra.-ambos llorábamos.

-Pepa ya he perdido demasiadas cosas, ya he perdido dos hijos no perderé este te lo aseguro.-no dejaba de mirarme firmemente mientras llorábamos.

-Yo también he perdido muchas cosas, entre ellas a ti.

-A mí nunca me has perdido ni nunca me perderás, porque en mi corazón siempre estarás y mi corazón por siempre te pertenecerá, estés donde estés nuestros corazones laten a un solo compás al compás del amor que nos procesamos y que por siempre nos procesaremos.

***************

1 de Junio de 1903.

Ahora habían pasado 4 días desde que escuche aquellas palabras de su boca: "A mí nunca me has perdido ni nunca me perderás, porque en mi corazón siempre estarás y mi corazón por siempre te pertenecerá, estés donde estés nuestros corazones laten a un solo compás al compás del amor que nos procesamos y que por siempre nos procesaremos." La idea de que me tenía que ir me rompía el alma, como él me dijo, jamás le perderé, pero jamás le tendré. "Ni contigo, ni sin tí" eso es más o menos lo que me ocurre con Tristán, no puedo estar ni con él, ni sin él, porque la sola idea de perderle me rompe el alma, si es que ya me lo pueden romper más, ¿por qué me toco vivir esta vida? Esta vida que me a desecho en mil pedazos, pero también he conocido la mayor felicidad, pero ahora pienso que la felicidad es un estado de ánimo que dura un tiempo determinada, y sí dicen que la vida son 2 días. Pues yo uno y medio la vivo con el alma en mil pedazos y el otro medio día le vivo experimentando ese estado de ánimo llamado "felicidad"

______________________________________________________________________


Capitulo 12.
2 de Junio de 1903


Ya llevaba unos días dándole vueltas sobre a donde marcharía estaba claro que a Asturias no. Quizás lo mejor sería ir a conocer la tierra de mi madre, sí eso me gustaría pero aún más si cabe me gustaría poder quedarme en Puente Viejo pero esta visto que no podría no por mí sino por Tristán y por el hijo que en mi vientre llevaba. Tristán insistía en irse conmigo a dónde yo fuera pero eso jamás se lo permitiría como le había prometido cuando ya me haya instalado donde decida irme le mandare mi dirección y podría visitar a nuestro hijo, pero jamás le permitiré que arruine su vida marchándose conmigo.
Por otro lado estaba Soledad que dice que quiere irse conmigo porque no soporta más a Francisca pero no estoy segura de que sea lo que ella quiere. Pero no me vendría mal algo de compañía durante los meses de preñez.

*********

Esa misma tarde.

-¿Cómo qué te vas a ir? Pepa no te puedes ir.-dijo anonadada ante mi confesión.

-Sí Soledad, me voy no puedo quedarme todos se entrarían de quien es el padre de mi hijo y no voy a permitir que le señalen con el dedo.-apache mi mirada.

-Pues deja que al menos marche contigo. Yo no aguanto más con mi madre y estoy segura de que te serviré de ayuda.-me miraba seriamente mientras me decía tales palabras.

-Soledad no sé si eso es lo mejor, tu madre no lo permitirá.

-Pepa por lo menos piénsalo y mañana me dices, por lo menos hasta que nazca mi sobrino.-se acerco hasta mí.

-Vale te prometo que lo pensaré.-me gire y quede mirándola.
Triestrellasara
17/06/2012 19:42
Capitulo 13.
18 de junio de 1903.


Después de varias semanas preparando mi viaje ya solo faltaba un día, un solo día para mi partida. Para la mía y la de Soledad. Marchábamos a Valladolid, así yo aprovecharía y comenzaría a estudiar medicina. Al final acepte la propuesta de Soledad de que ella viniera conmigo. Francisca no se lo había tomado bien, ni mucho menos pero a mi y a Soledad poco nos importaba.
Estaba leyendo un libro, leyendo por decir algo porque en realidad estaba sumergida en mis pensamientos. Fue entonces cuando entro Soledad.

-Pepa, creo que ya es hora de que marchemos a dormir.

-Sí, sí, en un rato me acuesto vete tú ya a la cama. No te preocupes por mí.

-Está bien.-se despidió y se fue a dormir-

Era la última noche en Puente Viejo y si quiera sabía si algún día volvería por eso decidí que salir a pasear. Y mis pasos me llevaron hasta la orilla río. Donde en un tronco me senté dejando volar mis pensamientos recordando los buenos momentos que había vivido en Puente Viejo que aunque fueron más los malos, los buenos eran los mejores que tenía sobre todo los recuerdos de aquellos días en los que no había pecado en amar a Tristán en los que podíamos estar juntos. Esos recuerdos siempre me acompañaran, el recuerdo de un amor, de un amor verdadero, del más puro y verdadero amor, mi amor por él era quien me daba el sentido para que mi corazón siguiera latiendo. El y nuestro hijo. Un hijo producto del incesto, al menos para todos. Para nosotros no, para nosotros sería la prueba del más profundo y verdadero amor. De nuestro pecado, producto de un amor que era pecado.
Tantos eran los recuerdos que llevaba en lo más profundo de mi alma. Aquellos pensamientos, recuerdos invadían mi mente en la última noche en Puente Viejo. Hasta que de sopetón un ruido me saco de mis pensamientos. Un caballo, sí un caballo se acercaba, y yo ya me temía quien era. Y mis temores se cumplieron era Tristán que al verme paro su paseo y bajo del caballo. Se acerco hasta mí y se sentó a mi lado.

-Tenías pensado irte sin despedirte ¿verdad?-preguntó, pero de poco le sirvió porque fue una pregunta sin respuesta como tantas otras-Pepa...

-¿Qué?-conteste mientras mi mirada seguía clavada en la luna llena que aquella noche reinaba en manto celestial de Puente Viejo.

-Se que mañana os marcháis. ¿No hay nada que pueda hacer para que no te marches verdad?-su voz sonaba triste y vacía cada vez que pronunciaba una palabra-

-No, ya lo hemos hablado, sabes que no hay nada que hacer-

-Pues creo que es hora de la despedida-

-Sí...-clave mi mirada en sus ojos-

-Pepa yo tengo algo que decirte-iba a interrumpirle pero no me dejo-Pepa quiero que sepas que estés donde estés lejos o cerca a un metro o a cien yo siempre te llevaré en mi corazón, siempre estarás conmigo aunque no estés. Y espero que puedas ser feliz con nuestro hijo, el que no me conocerá como padre-dejo llevar sus manos hasta mi vientre que ya estaba un poco abultado pero no tanto como para que con la ropa se pudiera notar-

-Tristán tu sí que vas a conocer a tu hijo, me escuchas, no voy a permitir que no le conozcas, pero entiende que no pueda quedarme en Puente Viejo. Te prometo que cuando ya estemos en Valladolid y ya nos hayamos instalado te escribiré para decirte dónde estamos y tú podrás venir a visitarnos.-

No obtuve contestación de Tristán tan solo se acerco a mí y me dio un dulce beso en la mejilla para más tarde subiese a su caballo y perderse entre las tinieblas de la noche.

_____________________________________________________________________________

Capitulo 14.
15 de Septiembre de 1903.


Han pasado ya cuatro meses desde mi marcha de Puente Viejo. Ahora vivo en Valladolid en una pequeña casa en el centro de la ciudad. Vivo con Soledad y con Inés. Ya me encontraba en el cuarto mes de embarazo. Por ahora todo iba muy bien gracias a dios. Tristán había venido a visitarnos dos veces desde que llegamos y por lo que nos contó cuando le dijo a Gregoria que vamos a tener un hijo monto en cólera y días más tarde se fue del pueblo. Por lo que el ya no tenía prometida, pero aún así seguíamos sin poder estar juntos. Francisca se quejaba de que Soledad se hubiera marchado conmigo, de que la cambiara por mí. Pero nada podía hacer. Por otro lado Francisca no sabía nada de mi embarazo gracias al cielo ella no se entero. Porque si no ya sabemos que hubiera dicho. "Hijo te lo dije, te dije que hasta que no la dejarías preñada no sería feliz, y ya lo consiguió, estará contenta" por gracia o por desgracia ella nunca se enterara de que tiene un nieto.
Ahora lo que me toca es vivir una vida con mi hijo y con mi hermana, y olvidarle a él, olvidar al amor de mi vida, al hombre que siempre querré y al que creo que jamás podré olvidar, por más que me duela lo tengo que intentar. No puedo seguir así. Tengo que ser fuerte para cuando vuelva, para cuando vuelva a vernos.

PD: Siento haber tardado tanto en actualizar pero es que he estado y estoy con exámenes y no he tenido nada de tiempo ahora que tenía un rato os lo dejo espero que os guste :)