Fanfic ~El Barco~ | Un viaje mágico | Capítulo 2

Capítulo 1: Comienza la travesía

Era una mañana tranquila, unos suaves rayos de sol alumbraron a la doctora Wilson. Con dificultad, abrió poco a poco sus ojos. Se levantó y vio el reloj, eran las siete de la mañana, y tenía que estar a las ocho y media en puerto. Hoy era un gran día para ella, hoy iba a dejar todos sus problemas de la gran ciudad para embarcarse en el 'Estrella Polar', el barco donde iba a pasar dos meses de su vida.
Se quitó las suaves sábanas de encima y se fue a duchar.
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- ¡Ainhoa! ¡Arriba, que ya es tarde! - los gritos de Ricardo despertaron a sus hijas.
- Papá... aún son las siete y cuarto. - dijo Ainhoa todavía medio dormida.
- ¿Y qué? Tu hermana lleva despierta desde las siete menos cuarto, ya se ha duchado, ya ha desayunado y ya se ha vestido.
- Bueno, ahora me despierto...
Ricardo, que conocía perfectamente a su hija, le quito el edredón y las sábanas de la cama.
- ¡Papá!
- ¡Levántate, vaga!
Ainhoa, que ya no podía seguir durmiendo, hizo caso a su padre y se levantó.
Pasó una hora y el padre y las dos hermanas salieron del piso, se metieron en el coche y emprendieron rumbo a puerto.
- ¿Y es grande? - preguntó Valeria.
- Es enorme. - le contestó su hermana.
- ¿Y voy a poder usar la bici?
- No lo sé, alomejor el capitán te deja, pero se lo tienes que preguntar...
- Capitán, ¿me vas a dejar usar la bici?
- No sé, no sé...
- Porfis...
- Ya hablaremos. Anda, ya hemos llegado.
Valeria miró por la ventana entusiasmada, delante de ella estaba un gran barco con el nombre de 'Estrella Polar'. Sus velas aún estaban sin izar, pero un par de marineros estaban preparando la cubierta para que todo estuviera listo para el gran momento de zarpar.
Un par de alumnos y sus respectivas familias se estaban despidiendo delante del Estrella.
- Y come de todo que estás en los huesos, y abrígate que en alta mar hace mucho frío, y cuídate, y...
- ¡Qué sí mamá! Que solo son dos meses. - dijo la joven Sol.
- Vale, pero por favor llámame todos los días.
- Por supuesto. Adiós mamá. - Sol se abrazó a su madre, que no paraba de darle besos y abrazarla aún con más fuerza.
- ¡Mamá! ¡Mamá! - la joven se separó de su madre. - Me tengo que ir. Te quiero.
La madre no pudo contener que una lágrima cayera por su rostro mientras su hija se subía al barco.
Mientras, un joven bien vestido y arreglado se despedía de sus padres.
- Adiós mamá. Adiós papá.
- Hijo recuerda, limpia tu ropa todos los días, ordena tu camarote y arréglate.
- Sí mamá, adiós.
El joven Andrés Palomares subió al barco por detrás de su futura compañera Sol. Los dos se sentaron en cubierta y empezaron a hablar.
Mientras, cuatro jóvenes que habían venido en el mismo autobús y sin padres, subieron a junto Palomares y Sol.
Y se presentaron todos: Estela, Ramiro, Dulce y Tom.
Mientras, abajo, los demás tripulantes seguían despidiéndose de sus familias y subiendo a bordo. Un joven apresurado corría hacía el barco, pensando que llegaba tarde. Una chica se cruzó en el camino de aquel joven, chocándose.
- Perdóname, no te he visto. - dijo la joven Vilma.
- Joder, pues para no ver a un chico tan guapo. -dijo Piti.
- Gilipollas...
Vilma apresuró el paso y subió a cubierta y se acercó al grupo de chicos. Piti, que la había seguido, también se unió.
Salomé bajó del taxi con sus dos hermanos y su joven ayudante.
- Mari Mar, Burbuja, subir a bordo e instalaros en el camarote. El vuestro es el... ¡18!
Los dos hermanos hicieron caso a su hermana mayor y fueron a su camarote. Mientras, Salomé y Ulises subieron a bordo y se instalaron en la cocina.
- Bueno y, ¿yo qué hago? - preguntó el joven Ulises.
- Tú te vas a encargar del club. Está arriba.
- Vale.
Todo el mundo ya estaba a bordo, los profesores Ernesto y Philippe estaban en la cubierta, tomando unas Coca Colas; las doctoras Leonor y Julia, estaban en la enfermería haciendo inventario; Ricardo se había encontrado con su amigo Julián y estaban subiendo a cubierta, detrás de ellos, Ainhoa y Valeria subían también.
El barco zarpó, y todos los alumnos y profesores del 'Estrella Polar' estaban en las barandillas de cubierta despidiéndose de sus familias. Algunos lloraban, otros, que no habían venido con sus familias, fumaban o tomaban algún que otro refresco.
Después de veinte minutos de una gran despedida emotiva, el barco ya se encontraba a unas seis millas de distancia del puerto. Todos estaban reunidos en el comedor, el capitán empezó a dar su discurso de bienvenida.
- Bienvenidos a todos al curso 2011 del Buque-Escuela 'Estrella Polar'. Ustedes van a pasar aquí dos meses de su vida, dos meses en los que aprenderán a convivir con 30 personas que acaban de conocer, dos meses en los que aprenderán a vivir en alta mar. Sus compañeros y profesores serán su familia en este tiempo. Las normas básica: orden, limpieza, puntualidad y obediencia, no pido más. Si tienen algún problema, grave, se dirigirán a mí o en todo caso al primer oficial.
Estos serán sus profesores: Julia Wilson será su profesora de biología y doctora; Leonor Hérnandez, la otra doctora; Philippe Keller, vuestro profesor de submarinismo; y Ernesto Gamboa, vuestro profesor de supervivencia. - el capitán hizo un descanso, para que el equipo de profesores saludara a sus alumnos- Bien, y ahora, el primer oficial, Julián de la Cuadra, les hará un tour por el barco.
Los tripulantes aplaudieron ante aquel gran discurso del capitán.
- Bien alumnos, como ustedes se podrán imaginar, este es el comedor. Aquí se harán desayunos, comidas, cenas y reuniones importanes. - cruzaron una puerta y llegaron a la cocina- Esta es la cocina, una fortaleza inexpugnable reinada por la malvada Salomé.
Salomé le pegó una colleja a Julián.
- ¡No inventes tanto eh! Chicos, yo estoy aquí para lo que queráis, problemas, cotilleos... yo estaré aquí.
Los chicos sonrieron ante las bonitas palabras de Salomé.
- Bien, seguimos. - subieron las escaleras- Este es el club, si quieren tomar algo, quedar o hacer alguna fiestecilla, este es su lugar. Ese es Ulises, el encargado de todo, si quieren organizar algo, hablen con él. - Ulises saludó desde la barra a los alumnos, y en especial, a las alumnas- Seguimos. - fueron por un pasillo que daba a unas escaleras, las bajaron y dieron al pasillo de los camarotes.- Estos son sus camarotes, en la puerta ponen los propietarios de cada camarote. Aquí no hay chachas ni matrimonios filipinos que les limpien así que del orden del camarote se ocuparán ustedes. Y por último aquella puerta da a las duchas, que son mixtas. ¡No quiero quejas! Si hay alguna recatada, que se duche de madrugada. Y aquella otra puerta es la lavandería. ¡Y esto es todo! ¡Bienvenidos al Estrella Polar!

Tiene buena pinta... Lo pienso seguir leyendo!

Muchas gracias

cuando pone la siguiente parte

Ahora mismo.

Capítulo 2: El ataque del tiburón

- ¡Chicas! ¡Qué nos hemos dormido! - gritó Ainhoa al ver que ya eran las nueve y media y tenían clase de submarinismo a las diez.
Los gritos de Ainhoa despertaron a Sol, Estela, Vilma y Dulce.
- ¡¿Pero ninguna ha puesto el despertador?! - preguntó Dulce.
- Yo pensé que lo ibais a poner vosotras- contestó Ainhoa.
- ¡Y yo! - dijeron a la vez Vilma, Sol y Estela.
- Bueno, ¿y se dejamos de discutir y nos arreglamos? - dijo Dulce.
Las cinco chicas se levantaron de golpe de sus camas y empezaron a vestirse y arreglarse como pudieron para que el tiempo no se les echara encima. Eran menos cinco y solo quedaba Estela por vestirse, cuando acabó, las cinco cogieron sus carpetas y salieron corriendo a la clase. Llegaron y todavía no había nadie.
- Joder, tanta prisa y tanta carrerita... y somos las primeras. - dijo Vilma.
Las cinco se sentaron en la primera fila, y a los pocos minutos, las demás chicas y los chicos fueron entrando. Tom, se sentó al lado de Dulce y le dio un beso.
- Joder para el Tom, más bueno y no nace- cuchicheó Vilma con Estela.
- Pues a mí me gusta ese- señaló a Piti y Vilma se acordó de aquel choque con él antes de embarcar. - Bah, ese es un gilipollas. ¿A ti Sol, cuál de pone?
- Ese. - señaló con la mirada a Palomares.
- Bah, no está mal.
- Venga, iros sentando. - Philippe entró en la clase y se sentó en la mesa. - Bien, pues yo soy Philippe, y voy a ser vuestro profesor de submarinismo. No soy muy estricto, pero tampoco muy gilipollas.
- ¡Hala, has dicho un taco! - comentó Piti, lo que provoco la risa de sus compañeros.
- ¿Tú qué eres, el gracioso?
- Sí, se podría decir que sí.
- Pues no me gustan los gracioso, así que... ¡cállate! - el profesor miró mal a Piti- Bien chicos, pues vamos a repasar los principios básicos de submarinismo y luego, unos pocos haréis conmigo la primera inmersión.
Philippe empezó a dar la clase, les enseñó cómo ponerse la bombona, cómo comunicarse, cómo regular el oxígeno y cómo hacer la descompresión.
- Pues, dicho esto, - miró la lista de los alumnos- Sol, Vilma, Andrés, Juanjo, Marta y Marcos, vamos de inmersión. Los demás podéis ir al club o a dónde queráis.
Los seis chicos fueron con Philippe a cubierta. Mientras, Ainhoa, Dulce, Estela, Ramiro y Piti fueron al club.
- Cinco Coca Colas por favor. - le pidió Piti a Ulises.
- Marchando.
Ulises le sirvió los refrescos a Piti y él se los dio a los chicos y empezaron a charlar.
Mientras en cubierta, Philippe y los chicos se estaban poniendo los trajes.
- Ya sabéis, cualquier problema, me avisáis y subimos. - les dijo Philippe a los chicos.
- Sol, ¿me subes la cremallera? - le preguntó Vilma.
- Claro.
Todos tenían ya el neopreno puesto y las bombonas a la espalda.
- A la de tres nos echamos al agua. - dijo Philippe - ¡Una! - se colocaron las gafas - ¡Dos! - se colocaron la boquilla - Y... ¡tres! - todos se lanzaron al agua.
Philippe les hizo señas para que lo siguieran y fueron todos hacia el fondo. Rocas y algas era lo que había al fondo. Dos morenas salían de las rocas y un pulpo se metía entre las rocas. Un pequeño banco de peces pasó por al lado de aquel grupo de chicos y la ilusión se reflejaba en sus rostros. De pronto una sombra se acercaba sigilosamente por detrás de ellos. Vilma, se giró un momento y vio que un tiburón se acercaba hacia el grupo. Se asustó mucho, algo que provocó que todos sus compañeros vieran lo que se dirigía hacia ellos. Philippe les hizo señas de que se quedaran quietos, ya que así no les pasaría nada por que Philippe tenía un arpón. Pero Sol, presa del pánico comenzó a impulsarse hacia arriba. Philippe intentó evadirla, pero Sol seguía subiendo. El tiburón la seguía y le clavó los dientes en el pie. Philippe lanzó el arpón y le dio en todo el ojo al animal, que cayó al fondo del mar, muerto. Sol herida, salió a la superficie, y detrás de ella, los demás.
- ¡Ah! ¡Ah! ¡Me duele mucho!
- Tranquila, vamos a la enfermería.
El profesor subió a la chica al barco y la llevó corriendo a la enfermería. Los otros también subieron y fueron a avisar a los que estaban en el club.
- ¡Chicos! - gritó Palomares- ¡A Sol la ha atacado un tibrurón!
- ¡¿Estás de broma no?! - Ainhoa se asustó.
- No, no está de broma - le contestó Vilma.
El grupo de amigos fue a la enfermería dónde estaba Philippe entrando.
- ¡Leonor! ¡Julia! ¡Un tiburón la ha mordido!
- ¡Rápido ponla en la camilla! - dijo Julia.
- Julia, ha perdido mucha sangre.
- Lo sé Leonor, hay que coserle la herida. Tráeme bisturí, aguja e hilo.
- Vale. - fue a buscar lo que le pidió la doctora y vio que los amigos de Sol se acercaron a la enfermería a verla - ¡Eh, vosotros fuera!
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Mientras, en el puente de mando estaban Julián y Ricardo.
- Ricardo, mira esto, nos dirigimos a una enorme tormenta.
- Joder, pero eso no es una tormenta, eso es la madre de las tormentas.
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Mientras, en la cocina.
- Salo, esta noche...che va a pa...pa...sar algo. - dijo Burbuja.
- ¿El qué?
- No... no lo sé, pero algo gra...grave.
- ¿Y cómo lo sabes? - le preguntó Mari Mar.
- Lo po...ponía en la carpeta ro...roja.

Me gusta tu historia, siguela!

Porfa siguelo esta muy bbiien me gusta mucho <3

Está muy bien, síguelo que vas por buen camino

siguela me encanta !