Foro Bandolera
MI FINAL... (Roberto y Eugenia)
MI FINAL... (Roberto y Eugenia)
Eugenia estaba tirada en el suelo, Álvaro no se podía creer lo que había pasado, no lo había hecho aposta, ellos estaban discutiendo y antes de que se pudiera dar cuenta Eugenia estaba rodando cabeza abajo por las escaleras.
-¿Qué he hecho? ¿Qué he hecho?- No dejaba de repetirse Álvaro mientas abrazaba a Eugenia inconsciente ne el suelo- ¡ROCIO! ¡ROCIO!.
- Don Álvaro… ¿Qué…? – Roció no pudo terminar la frase sin antes comenzar a gritar y llorar desconsolada al ver a Eugenia tirada en el suelo.
- No te quedes hay, ve a avisar al Doctor Buendía… corre Roció, corre- Dijo Álvaro inquieto.
- Enseguida, Don Álvaro.
Roció se dispuso a irse y al darse la vuelta para salir como alma que llevaba el diablo a avisar al Doctor se cruzo con Roberto.
-Roció, ¿Qué ocurre? ¿Dónde vas con tanta prisa?
- Es la señorita Eugenia Roberto – Dijo entre lágrimas.
- ¿Eugenia? ¿Qué le ha ocurrido a Eugenia? – Pregunto Roberto, mientras el corazón le empezaba a latir cada vez más rápido y la angustia se apoderaba de el.
- Esta… esta tirada en el suelo, Don Álvaro esta con ella, no se lo que a ocurrido.
Nada más escuchar esto Roberto salio corriendo. Nada más de pensar que a Eugenia, su Eugenia le podía haber pasado algo le daba ganas de morirse. Tenia completamente asumido que ella era su hermana y que nunca podría haber entre ellos una relación mas allá del cariño, que puede haber entre dos hermanos pero aun así no concebía una vida sin ella, sin verla u oírla cada día de su vida aunque nunca pudiera tenerla como el quería.
Cuando llego hasta el lugar donde ella estaba tirada en el suelo le dio un vuelco al corazón.
- ¿Qué a pasado Álvaro?- Dijo apartándolo del lado de Eugenia y poniéndose el de rodillas al lado de ella.
- No lo se, estábamos discutiendo y sin saber bien como callo por las escaleras, te juro que yo no pretendía… -Dijo sin poder retener las lagrimas. Eugenia era su hermana pequeña a la que siempre había cuidado y consentido nunca la haría ningún mal, el no la había empujado había sido ella quien había tropezado.
- No te creo Álvaro, no habrás sido capaz de empujarla para que perdiese al niño ¿verdad?
- No yo…
- Álvaro tu mismo me dijiste el otro día que harías lo que hiciera falta para que este niño no naciera.
- Se lo que te dije Roberto pero te juro que esta vez yo no hice nada, ella tropezó- Álvaro no mentía, es cierto que no deseaba que ese niño naciera pero aun así no pretendía que Eugenia le perdiera de esa manera. Es mas justo en ese momento estaba dispuesto a decirle a Eugenia lo que había descubierto y que ella y Roberto no eran hermanos.
- ¿Por qué debería creerte Álvaro? Eres un mentiroso y nunca dices la verdad.
- Esta vez si Roberto, lo juro, esta vez estoy siendo sincero.
Entonces mientras los dos discutían Eugenia empezó a volver en si.
- Roberto, Álvaro…- Dijo apenas sin fuerzas para hablar
- Eugenia, ¿estas bien? – Dijo Roberto acariciándola la cara
- Hermanita, yo no quería
- Me duele, me duele mucho el vientre – Dijo ella mientras se acariciaba la barriga
- Tranquila Roció ha ido a avisar al Doctor Buendía, no tardara en llegar – Dijo Álvaro secándose las lagrimas y dedicándole una sonrisa a su hermana. La quería mucho y no deseaba que nada malo la pasara.
- Roberto, mi bebe no quiero que le pase nada – Dijo ella mientras las lagrimas empezaban a salir de sus ojos.
- No te preocupes Eugenia, seguro que el Doctor consigue salvarlo- Roberto no pudo contener las lagrimas, el tampoco quería que le pasara nada a aquel bebe ya que en el fondo ese niño era el fruto de el amor que el sentía por Eugenia y aunque nunca lo había reconocido porque su moral no se lo permitía aquel niño le hacia mucho ilusión y deseaba que llegara el día de tenerle entre sus brazos.
- Ya estoy aquí, he venido lo mas rápido que e podido – Dijo Marcial nada mas entrar por la puerta
- Doctor desee prisa, por dios – Dijo Álvaro
- Tranquilos, será mejor que la subamos despacio a su alcoba, allí la podré atender mejor.
Roberto la cogio en brazos y la subió a su habitación, una vez allí el doctor les pidió que les dejaran a solas.
Álvaro y Roberto hicieron caso del doctor y se quedaron afuera esperando, cada uno a un lado de la puerta sin decir nada y sin siquiera mirarse. Aunque los dos pensando en lo mismo, en Eugenia y en lo mucho que la querían.
Por fin media hora mas tarde Marcial salio de la habitación.
- Doctor, ¿Qué tal esta mi hermana?
- Tranquilo muchacho, se va a poner bien
- Pero… ¿Esta todo bien?- Pregunto Roberto preocupado por el niño
- ¿Sabían ustedes que Eugenia esta embarazada?.
- ¿Esta? Eso quiere decir que no a perdido el bebe.
- No… aunque por el momento, su estado es critico debe guardar reposo absoluto y no alterarse demasiado, las siguientes 48 horas son cruciales, vendré a visitarla mañana por la mañana haber como sigue.
- Gracias doctor, no sabe cuanto le agradecemos que haya venido hasta aquí a estas horas y tan rápido – Dijo Roberto mas tranquilo que antes al saber que el niño estaba bien.
- Le acompaño hasta la puerta- Dijo Álvaro .
- Claro después de usted.
Marcial y Álvaro se alejaron hacia la puerta y Roberto se quedo allí en medio mirando la puerta de la habitación de Eugenia sin saber que hacer, entraba o no. No estaba seguro de poder entrar y controlarse, tenía ganas de abrazarla y de besarla, estaba feliz ella y su hijo estaba bien y la felicidad le invadía todo el cuerpo. Pero entonces recapacito Eugenia era su hermana no podía entrar allí y besarla sin mas, era mejor que se marchara a su cuarto mañana con mas tranquilidad y la cabeza mas fría hablaría con ella.
-¿Qué he hecho? ¿Qué he hecho?- No dejaba de repetirse Álvaro mientas abrazaba a Eugenia inconsciente ne el suelo- ¡ROCIO! ¡ROCIO!.
- Don Álvaro… ¿Qué…? – Roció no pudo terminar la frase sin antes comenzar a gritar y llorar desconsolada al ver a Eugenia tirada en el suelo.
- No te quedes hay, ve a avisar al Doctor Buendía… corre Roció, corre- Dijo Álvaro inquieto.
- Enseguida, Don Álvaro.
Roció se dispuso a irse y al darse la vuelta para salir como alma que llevaba el diablo a avisar al Doctor se cruzo con Roberto.
-Roció, ¿Qué ocurre? ¿Dónde vas con tanta prisa?
- Es la señorita Eugenia Roberto – Dijo entre lágrimas.
- ¿Eugenia? ¿Qué le ha ocurrido a Eugenia? – Pregunto Roberto, mientras el corazón le empezaba a latir cada vez más rápido y la angustia se apoderaba de el.
- Esta… esta tirada en el suelo, Don Álvaro esta con ella, no se lo que a ocurrido.
Nada más escuchar esto Roberto salio corriendo. Nada más de pensar que a Eugenia, su Eugenia le podía haber pasado algo le daba ganas de morirse. Tenia completamente asumido que ella era su hermana y que nunca podría haber entre ellos una relación mas allá del cariño, que puede haber entre dos hermanos pero aun así no concebía una vida sin ella, sin verla u oírla cada día de su vida aunque nunca pudiera tenerla como el quería.
Cuando llego hasta el lugar donde ella estaba tirada en el suelo le dio un vuelco al corazón.
- ¿Qué a pasado Álvaro?- Dijo apartándolo del lado de Eugenia y poniéndose el de rodillas al lado de ella.
- No lo se, estábamos discutiendo y sin saber bien como callo por las escaleras, te juro que yo no pretendía… -Dijo sin poder retener las lagrimas. Eugenia era su hermana pequeña a la que siempre había cuidado y consentido nunca la haría ningún mal, el no la había empujado había sido ella quien había tropezado.
- No te creo Álvaro, no habrás sido capaz de empujarla para que perdiese al niño ¿verdad?
- No yo…
- Álvaro tu mismo me dijiste el otro día que harías lo que hiciera falta para que este niño no naciera.
- Se lo que te dije Roberto pero te juro que esta vez yo no hice nada, ella tropezó- Álvaro no mentía, es cierto que no deseaba que ese niño naciera pero aun así no pretendía que Eugenia le perdiera de esa manera. Es mas justo en ese momento estaba dispuesto a decirle a Eugenia lo que había descubierto y que ella y Roberto no eran hermanos.
- ¿Por qué debería creerte Álvaro? Eres un mentiroso y nunca dices la verdad.
- Esta vez si Roberto, lo juro, esta vez estoy siendo sincero.
Entonces mientras los dos discutían Eugenia empezó a volver en si.
- Roberto, Álvaro…- Dijo apenas sin fuerzas para hablar
- Eugenia, ¿estas bien? – Dijo Roberto acariciándola la cara
- Hermanita, yo no quería
- Me duele, me duele mucho el vientre – Dijo ella mientras se acariciaba la barriga
- Tranquila Roció ha ido a avisar al Doctor Buendía, no tardara en llegar – Dijo Álvaro secándose las lagrimas y dedicándole una sonrisa a su hermana. La quería mucho y no deseaba que nada malo la pasara.
- Roberto, mi bebe no quiero que le pase nada – Dijo ella mientras las lagrimas empezaban a salir de sus ojos.
- No te preocupes Eugenia, seguro que el Doctor consigue salvarlo- Roberto no pudo contener las lagrimas, el tampoco quería que le pasara nada a aquel bebe ya que en el fondo ese niño era el fruto de el amor que el sentía por Eugenia y aunque nunca lo había reconocido porque su moral no se lo permitía aquel niño le hacia mucho ilusión y deseaba que llegara el día de tenerle entre sus brazos.
- Ya estoy aquí, he venido lo mas rápido que e podido – Dijo Marcial nada mas entrar por la puerta
- Doctor desee prisa, por dios – Dijo Álvaro
- Tranquilos, será mejor que la subamos despacio a su alcoba, allí la podré atender mejor.
Roberto la cogio en brazos y la subió a su habitación, una vez allí el doctor les pidió que les dejaran a solas.
Álvaro y Roberto hicieron caso del doctor y se quedaron afuera esperando, cada uno a un lado de la puerta sin decir nada y sin siquiera mirarse. Aunque los dos pensando en lo mismo, en Eugenia y en lo mucho que la querían.
Por fin media hora mas tarde Marcial salio de la habitación.
- Doctor, ¿Qué tal esta mi hermana?
- Tranquilo muchacho, se va a poner bien
- Pero… ¿Esta todo bien?- Pregunto Roberto preocupado por el niño
- ¿Sabían ustedes que Eugenia esta embarazada?.
- ¿Esta? Eso quiere decir que no a perdido el bebe.
- No… aunque por el momento, su estado es critico debe guardar reposo absoluto y no alterarse demasiado, las siguientes 48 horas son cruciales, vendré a visitarla mañana por la mañana haber como sigue.
- Gracias doctor, no sabe cuanto le agradecemos que haya venido hasta aquí a estas horas y tan rápido – Dijo Roberto mas tranquilo que antes al saber que el niño estaba bien.
- Le acompaño hasta la puerta- Dijo Álvaro .
- Claro después de usted.
Marcial y Álvaro se alejaron hacia la puerta y Roberto se quedo allí en medio mirando la puerta de la habitación de Eugenia sin saber que hacer, entraba o no. No estaba seguro de poder entrar y controlarse, tenía ganas de abrazarla y de besarla, estaba feliz ella y su hijo estaba bien y la felicidad le invadía todo el cuerpo. Pero entonces recapacito Eugenia era su hermana no podía entrar allí y besarla sin mas, era mejor que se marchara a su cuarto mañana con mas tranquilidad y la cabeza mas fría hablaría con ella.
Esta muy bien, te felicito,anque no sea seguidora de esta pareja, voy a leer tu historia porque tiene pinta de que va a ser muy bonita y va a tener el final feliz
Labteka, que bonito!! ojalá hicieran este final los guionistas ='(
¡¡Cuando puedas sigue está muy bien!!
¡¡Cuando puedas sigue está muy bien!!