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Historia (La empecé por que bandolera me inspiró) Espero que os guste.

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Historia (La empecé por que bandolera me inspiró) Espero ...

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Historia (La empecé por que bandolera me inspiró) Espero que os guste.

Silvania20
05/08/2011 23:51
1.

Tomé la primera diligencia que salía de Madrid, el viaje no fue tan malo, con algunos traqueteos, pero en definitiva bastante bien.

Llegué a mi destino antes de lo que esperaba y mi plan era el siguiente; pasar desapercibida para poder entender la codicia y avaricia de las personas.

Cuando entré en la plaza del pueblo me quedé fascinada, era el sitio más hermoso que jamás había podido observar. Las mujeres estaban en la fuente lavando la ropa y hablando sobre el último cotilleo que rondaba el pueblo, mientras que sus hijos jugaban alrededor de estas, los hombres estaban en la taberna quejándose de los caciques de la comarca y el tabernero estaba muy contento ya que cuanto más se quejasen los jornaleros más vino podría vender. Los civiles estaban paseando por el pueblo para mantener a raya a los maleantes.

Pero un suceso no tan hermoso me llamó la atención, un guardia civil estaba golpeando a un pobre hombre dentro del cuartel, se excusaba diciendo que ese hombre había entrado en un cortijo y había robado unas hortalizas, el pobre jornalero decía que eran para su familia que no tenían ni un mísero mendrugo de pan para alimentarse. Ya había escuchado suficiente.

Entré en el cuartel y antes de que el civil volviera a golpear a ese hombre le agarré del brazo y lo empujé hacia atrás, ya se habían producido las suficientes injusticias con ese hombre, por lo que le entregué las hortalizas robadas al jornalero y le di al civil el suficiente dinero para que le diera al cacique lo que costaban esas verduras.
- ¿Quién se cree usted que es, señorita? – Me preguntó el civil
- Soy… - Me dispuse a decirle al civil quien era, pero no podía levantar sospechas sobre quien era realmente – Soy Candela Tornés ¿y usted, señor?
- Yo soy Antonio Calderón, Teniente de la Guardia Civil de este pueblo. Sabe usted que le ha entregado a ese ladrón las pruebas del robo que ha cometido.
- Yo no he visto ningún ladrón en este cuartel, yo solo he visto un padre de familia sin trabajo que lo único que ha hecho ha sido coger unas hortalizas para que su familia no pase hambre, ¿tan malo es eso, Teniente?
- Si, señorita Tornés – Me contestó mirándome con recelo.
En ese mismo instante un apuesto civil entró por la puerta del cuartel y se dirigió al Teniente.
- Teniente – Le dijo – Quería informarle que los Santillana han retirado la denuncia hacia el jornalero.
- Está bien Rivero, más tarde iré a hablar con los Santillana.
- De acuerdo, Teniente Calderón, debo irme, creo que nos veremos por el pueblo, agentes – Me despedí de todos ellos y me dispuse a salir del cuartel.
- Señorita, si está buscando un lugar para hospedarse hay una casa que una mujer hace pasar por una posada al otro lado del pueblo.

Sonreí y le di las gracias, al apuesto agente de ojos verdes.




PD: Si os gusta seguiré escribiendo, espero que sea así.
Roberta72
05/08/2011 23:58
Yo ya estoy intrigada sobre quién puede ser en realidad la tal Candela...
killo
06/08/2011 00:09
sigue por fa aunque eso de la familia santillana ma recordao a aguila roja .
telenovelista
06/08/2011 00:30
No sabes en el lio que te has metido XD somos un pelin exigentes jaja

Ahora en serio esta muy bien sigue cuando puedas
Silvania20
06/08/2011 00:39
A pesar de que había tanta gente, el pueblo no era tan grande, así que no tarde tanto en llegar a la supuesta posada, era bastante grande y luminosa. Una mujer que no podía tener más de cuarenta años me saludó y me dijo su nombre, Carmen. Era la dueña de la casa-posada, por llamarla así. Me ofreció cama y comida caliente, la cual acepté con mucha gratitud.

Estas cosas no pasan donde yo vivía…

Antes del anochecer me vestí y salí de la posada dispuesta a visitar cada rincón del pueblo.

En una de las esquinas, antes de entrar en la plaza, me choqué con el apuesto guardia civil de esta mañana. Pensé que ni siquiera se iba a parar a saludarme pero eso no fue así.
- Buenas tardes, señorita – Me dijo – Esta mañana no tuve oportunidad de presentarme, mi nombre es Manuel Rivero.
- Buenas tardes – le dije con una sonrisa – yo soy…
- Candela Tornés, mi Teniente me informó de su nombre.
- Muy atento su Teniente, pero la verdad, por ahora me cae mucho mejor usted.
- ¿Y eso?
- Lo primero que vi nada más llegar a este pueblo fue a su Teniente golpeando a ese pobre jornalero que solo quería llevarle a sus hijos algo que llevarse a la boca.
- Si, el Teniente puede ser muy… estricto.
- ¿Solo? – Le dije impresionada.
- Vale, algo más que estricto, pero es mi Teniente y le debo respeto por más que me disguste a demás tiene una gran mayoría de jueces y guardias civiles, incluido mi Capitán, que le temen, así que es muy difícil pillarle con las manos en la masa.
- Si le entiendo, debe de ser complicado trabajar para alguien así.
- Si, lo es. ¿Qué tal si me cuenta algo de usted? – Me quedé asombrada con su pregunta tan directa- Siento ser tan…
- No se preocupe, la verdad es que estoy aquí, lo principal porque vivo en una ciudad grande, en Madrid, y me gustaría saber cómo es la vida aquí en un pueblo pequeño donde todos los vecinos se conocen, y la segunda es que después de ver a su Teniente en acción, por decirlo así, quiero por encima de todo conseguir algo de justicia para los jornaleros.
- ¿Es usted anarquista?
- ¿Qué?, no, por supuesto que no – Le dije entre risas, si supiera quién soy yo realmente.
- Es que es lo que parece, señorita.
- Candela, llámeme Candela.
- De acuerdo, Candela.

En ese momento uno de los guardias civiles del pueblo le llamó, Manuel y el otro agente estaban vestidos de paisanos, así que me supuse que estaban en una misión.

- Lo siento Sargento pero – ¿Sargento?, entonces es alguien importante – El Capitán Morón me ha dicho que le comunique que el violador está cerca, al parecer ha atacado a una mujer cerca del rio.
- Lo siento señorita, perdón, Candela, debo de…
- Irte, claro, hasta mañana.
- Adiós…

Se despidió dándome un beso en la mano.





Me alegro de que os guste!! En cuanto pueda pongo más. =)
faraona55
06/08/2011 11:38
Muy bien silvania, otra historia mas , me encanta,sigue no nos dejes con las ganas, que los principios son lo mas interesante
Silvania20
06/08/2011 13:01
Volví caminando a la casa-posada, pensando en las sensaciones que me habían recorrido el cuerpo cuando Manuel me besó la mano al despedirse. En ese momento vi a un hombre atacando a una mujer en una de las calles cerca de la posada. Cogí un trozo de madera que encontré a mi lado mientras escuchaba a esa pobre mujer gritar pidiendo ayuda y clemencia. Le di al hombre con el trozo de madera en la cabeza pero no muy fuerte, ya que se dio la vuelta e intentó atacarme, pero por suerte Manuel apareció por la esquina y disparó con su revólver al borracho en el hombro, este se retorcía de dolor en el suelo, mientras un agente ayudaba a la mujer a levantarse. Cuando dejaron inmovilizado al violador Manuel vino a ayudarme y me preguntó si estaba bien. Al llegar el Capitán, Manuel le dio toda la información de lo ocurrido y ellos me dieron las gracias por cooperar con el cuerpo.
Al rato el Sargento se ofreció a acompañarme a la posada, le dije que no hacía falta pero insistió y volví a sentir esos sentimientos extraños los cuales me impedían decirle que no otra vez por lo que acepté.

Llegamos a la posada y Doña Carmen se sorprendió al verme, por la ventana, con la chaqueta del Sargento Rivero, como ella le llamaba, sobre mis hombros. En la misma puerta antes de llamar le devolví su chaqueta y me despedí, él, otra vez, me besó la mano y se fue. Llamé a la puerta y a Doña Carmen le faltó tiempo para preguntarme. Así que le dije que estaba cansada que durante el desayuno le contaría lo que había sucedido pero le avancé que había ayudado a la guardia civil a atrapar a un violador, y con esto que le dije a ella le vino a la cabeza la historia de un misterioso bandolero que seguía en pie después de que todos los demás dejaran el monte y vivieran de forma honrada, claro está que me la narró. Este Bandolero era un hombre bastante mayor que al parecer antiguamente era rico pero en una partida de cartas con el destino en su contra perdió todas sus pertenencias. Después de que la mala fortuna apareciera en su vida, este hombre decidió echarse al monte para asaltar en los caminos a personas de bien que tenían demasiado dinero, para poder repartir ese dinero con las personas más desafortunadas de la comarca. Al parecer le llaman El Robín Hood español.

Me fui a la cama pensando en esa historia que Doña Carmen me contó, me pareció bastante interesante y me percaté en sus últimas palabras, dicen que es real pero nadie lo ha visto y nadie lo conoce. Después de repetir estas palabras en mi cabeza me quedé dormida en la cama que había en mi nuevo hogar temporal, hasta que me encontraran.




Decidme si os va gustando para seguir escribiéndolo! =)
bocadefresa
06/08/2011 15:47
Silvania, a mi mucho, sigue por favor, estoy muy intrigada en conocer quién es en realidad candela, y a que ha ido hacer al pueblo,
Silvania20
06/08/2011 16:00
4.

A la mañana siguiente, quise ir a una biblioteca pero no encontré ninguna en todo el pueblo, y, así como el día anterior por la tarde, me choque con un civil, pero esta vez no era Manuel, más bien era el Teniente Calderón.
- Buenas tardes, señorita, hace un buen día, ¿verdad? – Preguntó colocándose el cinturón por debajo de la cintura.
- Si, Teniente, un día increíble, así que no quiero perderlo charlando debo de encontrar una biblioteca por aquí antes de que…
No me dio tiempo a seguir porque el Teniente empezó a reírse de mí en ese instante.
- Me puede decir de que se ríe, Teniente, ¿he dicho algo gracioso?
- No sé de… de donde es usted pero en este pueblo no tenemos biblioteca ahí tiene una imprenta en la que la dueña tiene unos libros pero de ahí a biblioteca – dijo entre risas.
- No se tome a mal la respuesta de mi superior, señorita Tornés – Manuel salió de una de las esquinas en cuanto lo vi, otra vez sentí esa cosa en el estomago- Es que en un pueblo tan pequeño no podemos disponer de una biblioteca.
- Muchas gracias, Ma… Sargento, esa si es una buena respuesta – Le sonreí – Si me disculpan, caballeros.

Me retiré aún pudiendo observar como ambos me seguían con la mirada, el Teniente con odio y Manuel con una mirada completamente extraña y nueva para mí, esa mirada me hizo sentir como en casa.

En el corto trayecto de la esquina a la imprenta, uno de los jornaleros de la familia más poderosa de la comarca cayó a mis pies cansado de trabajar en sus bodegas y en sus campos. Rápidamente llamé al doctor del pueblo, fue una suerte que el dispensario del doctor estuviera justamente delante de mí.
El galeno salió a la plaza para ayudar al vecino, junto con unos vecinos más el doctor puedo llevar al jornalero dentro de su consultorio. No sé porque pero me sentí obligada a acompañar al doctor ya que fui yo la que vi a ese hombre desplomarse sobre mis pies. En cuanto estuve dentro del dispensario, intenté hablar con el doctor pero aún no había salido de ayudar a ese pobre hombre. Me senté en una de las sillas que había en el consultorio y a los cinco minutos de sentarme el doctor apareció y sin pensarlo le pregunté cómo se encontraba su paciente.
- Señorita, este hombre debe descansar se encuentra muy mal y si no descansa todo lo que debe podría morir en cuestión de meses incluso semanas.
- De acuerdo doctor, me ocuparé de llevarlo a su casa e intentaré hacer que sus familiares se encarguen de que descanse, muchas gracias doctor.
- Llámeme, Marcos.
- De acuerdo, con Dios, Marcos.
- Quede con Dios, señorita Tornés.
- ¿Sabe quién soy? – Pregunté asombrada.
- Todo el pueblo está al tanto de su llegada, después de lo que hizo por Darío, el jornalero de las hortalizas.

Sonreí abiertamente.
Silvania20
06/08/2011 21:12
Aquí tenéis otro pedazo, espero que lo disfrutéis!! =)


5.


Entré a ver qué tal se encontraba el jornalero y le dije que sería yo la que le ayudaría a llegar hasta su casa para que descansara, el hombre no dijo nada solo me miró y se levantó de la camilla para que nos pusiéramos de camino al sitio que tendría por casa que, después de ver cómo vivían los trabajadores de ese pueblo, no creo que fuera muy habitable, ni muy limpio.

En el camino el jornalero no abrió la boca para otra cosa que no fuera para quejarse del dolor que sentía bajo el pecho. Al parecer, según lo que el doctor me dijo, había sufrido un pequeño infarto no muy importante pero no había sido el primero que se había manifestado en el moribundo. Me fijé que no vivía muy cerca del pueblo, pensé que tal vez con ese dolor no se había fijado hacia adonde se dirigía, pero cuando le pregunté que si aún quedaba muy lejos su casa, este hombre me contestó.
- No.
Esa fue su única palabra.

Mientras que yo acompañaba al misterioso jornalero, Manuel, el capitán y el teniente tuvieron una pequeña riña en el cuartel.
- Sargento, ¿de verdad cree necesario que Comandancia se entere de que una mujer que acaba de llegar de no se sabe donde ha sido la que ha ayudado para que la guardia civil pudiese coger a esa sabandija?
- Si, Teniente. Sin la acción y la valentía de esa mujer no podríamos haber llegado a tiempo antes de que ese violador, violentara a esa humilde muchacha.
- De acuerdo, dejemos que nuestro Capitán decida que hay que hacer.
El Teniente miró al Capitán, queriéndole decir algo con la mirada. Tras esto y son un suspiro el Capitán miró a Manuel y le dijo que no se informaría a Comandancia de mi ayuda para atrapar al violador.
Manuel, enfadado con las miradas de advertencias que el Teniente le hacía al Capitán, cogió su tricornio y su escopeta para salir de ese lugar en el que reinaba la corrupción.

Unos minutos más tarde de preguntarle por la lejanía de su hogar al humilde señor, que yo acompañaba a su casa, y me dijera en pocas palabras que ya estábamos cerca, llegamos.

Ese hombre abrió la puerta, invitándome a entrar antes que él, cogí la silla más cercana y se la coloqué al lado de otra que se encontraba junto a la mesa del comedor. El señor se sentó gustosamente en la silla. La casa era tal y como me la imaginé, daba pena verla. A pesar de eso, la casa transmitía paz.
- Perdone, pero, ¿no tiene usted familiar ninguno?
- No, hace mucho tiempo la mala fortuna se cobró sus almas a cambio de toda la codicia que había en la mía y los apartó de mi lado, ahora estoy solo y no deseo volver a tener familia, como puede observar me estoy muriendo, además no deseo que si volviese a tener familia, esta tuviera que llorar mi muerte.
- Le entiendo, aunque usted necesita a alguien que se encargue de su salud.
- Le doy las gracias, pero señorita ya soy muy mayor y ningún amor familiar podría curar mi dolor.
En ese instante se me ocurrió una idea.
- ¿Qué le parece que yo le ayude todo lo que pueda?
- ¿En serio una señorita como usted, vendría todos los días a verme? – Preguntó sorprendido el jornalero malherido.
- Sí, bueno, todos los días no, todos los que pueda, sí.
- De acuerdo
- ¿Sí? ¿le parece bien?
- Sí, muchas gracias muchacha, eres una de las pocas personas que hoy en día tiene corazón.
Le sonreí, muy contenta de poder ayudar a alguien con tan solo, haciéndole reír y con unas visitas de dos en dos días. Me di cuenta de que ya eran más de las tres de la tarde, así que decidí que ya era hora de ir a ver esa imprenta.
faraona55
06/08/2011 21:23
muy bien, claro que nos gusta guapa, tu sigue, no te preocupes, que te veo muy angustiada,nos encanatan las historias del teniente y la sita ole ,ole y ole
Silvania20
07/08/2011 00:52
La verdad es que sí, faraona55, estoy un poco nerviosa, necesitaba saber si escribía una historia a los demás les gustaría y pensé en vosotros para que opinarais sobre la historia =)
En cuanto pueda subo más, muchas gracias por leerlo! =D
telenovelista
07/08/2011 00:53
Silvania tu tranquila que esta muy bien asi que cuando puedas otro trocito
Campanillanj
07/08/2011 00:54
Pues claro que nos gusta. Lo que tienes que hacer es poner otro trocito en cuanto puedas.
No sabes dónde te has metido. Somos muy exigentes e impacientes
#14 pituii
pituii
07/08/2011 01:07
Silvania, continuala en cuanto puedas, está muy bien.
En este foro nos encantan los relatos!! vienen muy bien después de capítulos depresivos, xd!
Roberta72
07/08/2011 01:18
Aquí estaremos esperando...
Te aviso que somos impacientes y cansinas...necesitamos al menos una dosis diaria, jejeje
Silvania20
07/08/2011 13:33
6.


En la casa-posada, Doña Carmen se encontraba barriendo el suelo y un hombre borracho entró dentro de la posada. Doña Carmen sin saber quién era, le gritó que ya estaba cerrada la posada, que si quería más vino del que ya había consumido, La taberna aún estaba abierta. Este hombre la intentó forzar sin éxito ya que un hombre mayor y misterioso entró en la posada y obligó, a golpes, a ese borracho a que abandonara el lugar.

Más lejos de allí, Manuel aún enfurruñado por la riña anterior con sus superiores, estaba en la imprenta leyendo un libro policiaco. Yo no tardé en entrar a la imprenta, le pregunté a la mujer que se encargada de esta si tenia algún libro de información sobre ese bandolero misterioso al que le llamaban Robín Hood Español.
- Sí, señorita, pero ¿puede cogerlo usted? – Afirmé con la cabeza – Vale, pues está en este pasillo de aquí, al fondo.

Seguí andando por el pasillo hasta el fondo donde encontré una pequeña estantería con el título “biografías”
Al intentar alcanzar uno de los libros de esta estantería me doblé el tobillo y me precipité a caer al suelo. Manuel apareció en ese momento cogiéndome la cintura evitando que mi cuerpo tocara el suelo.
- Debería de ver donde pisa, señorita, ¿se ha hecho daño?
- No, estoy bien, gracias.
Manuel amablemente cogió el libro que estaba intentando bajar para poderlo leer. Le vi cara de enfado y no me lo pensé.
- ¿Qué te ha pasado para que tengas esa cara?
- Muy atenta, hace no mucho he discutido con el Teniente y el Capitán.
- ¿Por qué? Si me permites saberlo.
- Por usted – El pulso se me aceleró – No quieren, perdón, el Teniente no quiere que llegue a oídos de Comandancia que una mujer recién llegada al pueblo ha ayudado a la guardia civil a apresar a un violador, además el Teniente tiene bajo su poder al Capitán, creo que lo está amenazando con algo.
- No deberías de haberte enfadado con tus superiores por mí.
- Ha sido un placer hacerlo, señorita.
No sonreímos mutuamente. Le pregunté a la encargada que si podía sacar el libro para leerlo en la posada, ella me dijo que sí pero que debía de devolverlo a la tarde siguiente.

Manuel y yo salimos de la imprenta y, como la noche anterior, se ofreció a acompañarme a la posada sin que yo pudiera decirle que no, el me colocó el brazo en la cintura para que pudiera caminar, ya que se había fijado en que me seguía doliendo tras la caída.

No tardamos mucho en llegar a la posada, una vez en la puerta llamé y nadie me abrió. Manuel se fijó en que la cerradura de la posada estaba forzada, entonces me dijo que me apartase y al propinarle una patada, la puerta se abrió. Una vez dentro, en la posada estaban todas las cosas tiradas por el suelo, alguien había entrado allí. Escuche llorar a alguien en la cocina, me precipité para saber de quién se trataba. Vi a Doña Carmen tirada en medio de la cocina con el traje rasgado y heridas por todo el cuerpo.
- Doña Carmen, ¿Qué ha pasado aquí? ¿Está usted bien?

Quise ayudarla, pero cuando le tendí la mano ella no intentó siquiera alargar la suya para cogerla. Manuel apareció por la puerta de la cocina.
- ¿Qué ha pasado?
- Un… Un hombre ha entrado en la casa e intentó forzarme pero antes de que lo consiguiera una persona vestida de negro de los pies hasta la cabeza le obligó a que saliera de la casa a la fuerza.

Por fin conseguí que Doña Carmen se levantara del suelo, aún temblando por el susto.
- ¿Vio la cara de su atacante?
- No, todo pasó tan rápido que no pude fijarme.
- ¿Y la cara del hombre que la salvó? – Le pregunté.
- No, como ya he dicho iba tapado de pies a cabeza.
- Candela, creo que deberías de acompañar a Doña Carmen para que se meta en la cama, yo voy al cuartel a informar al Capitán de este ataqué. Candela, Doña Carmen.

Sin pensarlo, Manuel salió por la puerta de la posada. Miré a Doña Carmen, a la que le flaqueaban las piernas por el susto. Le pregunté si necesitaba algo como una tisana para tranquilizarse y poder descansar. La acompañe a la habitación tal y como me dijo Manuel. Rápidamente, después de ocuparme de que esta pobre mujer fuera a descansar, bajé a la cocina para prepararle la tisana.
faraona55
07/08/2011 13:45
madre mia que emocionante, cada vez se pone mejor la cosa, a ver si hoy puedes poner otro trocito mas
#18 pituii
pituii
07/08/2011 14:03
Sisis, en tu historia hay de todo. Espero otro trocito!!
Silvania20
07/08/2011 17:49
Aquí os dejo otro trozo, espero que lo disfrutéis! =D

7.


Escuché que la puerta de la entrada crujía, me asomé para saber quien entraba en la posada, era Manuel. Mi cuerpo se relajó tras esa angustiosa tensión.
- Candela, el Capitán me ha ordenado que, junto a mi compañero, hagamos guardia en la posada para que no suceda nada más.
Respiré profundamente y asentí con la cabeza.
- No os quedéis fuera pasad y haced la guardia aquí adentro – Le sonreí – seguro que aquí no hace tanto frio como afuera y si el hombre que intentó atacar a Doña Carmen vuelve por aquí será más fácil atraparlo si no os ve fuera, ¿no?
- Sí, tienes razón, agente pasé y póngase cómodo, haremos la guardia aquí adentro – Se giró y me lanzó una sonrisa.
- Si me permiten, voy a mi habitación para descansar, si necesitan algo solo tienen que llamar a mi puerta.

Subí a la planta de arriba para llevarle a Doña Carmen la tisana y después ir a leer el libro que saqué por la tarde de la imprenta. Tan solo eran las cinco y media de la tarde, ese pequeño paseo con el Sargento de la guardia civil hizo mi tarde bastante entretenida así que el tiempo se me fue volando.

Me senté a los pies de mi cama para comenzar a leer el libro sobre ese misterioso hombre que va ayudando a los pobres, pensé que pudo ser él el que ayudó a Doña Carmen cuando intentaron atacarla, pero me di cuenta de que eso sería imposible, ese hombre debía de ser muy mayor, pero era una idea.

Cuanto más avanzaba en el libro más real me parecía la teoría de que ese hombre estuvo esta tarde en la posada ayudando a Doña Carmen; “un hombre mayor y misterioso, que cubre todo su cuerpo con una vestimenta oscura, aparece cuando más lo necesitas”.


- Ahora que lo recuerdo, la tarde que ayudé a la guardia civil a capturar a ese violador, me pareció ver una sombra cerca del sitio donde pasó todo eso, debía de estar cerca ya que la figura de la sombre se formó porque a esa persona la iluminó el fuego de unas velas que se encontraban afuera de la casa que estaba allí.

Pensé que tal vez ese Robín Hood Español, como me dijo Doña Carmen podría ser real. Pero no podía decir nada, si no los civiles creerían que estaba loca.
#20 fann3
fann3
07/08/2011 20:23
Esta super bien la historia!Se pone muy emocionante y ademas simpatiza con Bandolera en muchos aspectos

Siguela! guiño
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