Foro Águila Roja
GONZALO ENJUANDELDIABLADO un pequeño relato sobre el amo ...
GONZALO ENJUANDELDIABLADO un pequeño relato sobre el amo enlujuriado
Bueno chicas, lo prometido es deuda. Como sabréis por el hilo de ¿aguila o piratas? por esa maravillosa escena que amablemente nos brindó Meular del BESO con mayúsculas de Juan a Mónica, y el reto que lanzó sobre si Gonzalo se podría convertir en Juan del Diablo, una que es facilona y no sabe decir que no recogió el guante y he aquí el resultado.
Yo ya he puesto el germen. A ver si alguna tiene lo que hay que tener para continuarlo...
Gonzalo estaba sumido en sus pensamientos, tratando de desentrañar el texto que tenía delante, cuando un fuerte ruido y el grito de Margarita, le sacaron de sus reflexiones. De un salto se levantó y salió a toda la velocidad que sus piernas le permitieron hacia el lugar del que provenía el estruendo.
Al entrar en la habitación de Margarita se encontró a ésta, en una postura imposible, en el suelo. Inmediatamente Gonzalo la ayudó a levantarse.
- ¿Estás bien, Margarita? ¿Qué te ha pasado?
- No ha sido nada, el susto, estaba subida en la silla, tratando de limpiar esa esquina, me estiré demasiado y me caí de la silla.
- ¿De verdad que estás bien? – Gonzalo tenía la preocupación reflejada en su rostro – ¿Te duele algo?
- No, nada, de verdad, ha sido nada más que el susto.
Había algo distinto en Gonzalo, Margarita no supo decir si era el pelo, que lo llevaba hacia atrás, despejándole la cara, o que se había afeitado, no recordaba haberle visto sin barba desde que eran adolescentes, o ese brillo que tenía en la mirada, con los ojos que se le iban oscureciendo por momentos.
Reacio a separarse de Margarita, Gonzalo la miró a los ojos. Sin poder evitarlo, su boca se fue aproximando lentamente hacia sus labios, hasta tocarlos con una suave caricia. Una corriente sacudió el cuerpo de Margarita, que se quedó como paralizada. Poco a poco, Gonzalo se fue separando, aunque sus manos todavía permanecían unidas.
- Lo siento, no sé qué me ha pasado – susurró a la vez que se alejaba de ella, deslizando sus dedos por la palma de la mano de Margarita, que estaba muda e inmóvil por la impresión de lo que acababa de suceder.
Finalmente, y a su pesar, se separaron totalmente. Gonzalo estaba ya cruzando la puerta, dispuesto a salir de la habitación cuando un suplicante susurro le detuvo:
- Gonzalo…
En ese momento Gonzalo se dio la vuelta y se avalanzó sobre Margarita, su boca hambrienta se lanzó a devorar los labios de ella, sus brazos se convirtieron en una mordaza que apenas le permitía respirar, recorriendo a la vez con firmeza y suavidad su cuerpo. Margarita se aferraba a Gonzalo como si la vida le fuera en ello, como si en el mismo momento en que sus bocas se separaran se fuera a morir allí mismo.
Finalmente, comezaron a separarse, en busca de aire, pero los labios de Gonzalo no se detuvieron, sus manos se dedicaron a moverse suave y delicadamente por el rostro de Margarita, recorriendo sus ojos, trazando el fino perfil de su nariz, pasando luego a las mejillas, siguiendo el rastro que iban dejando sus labios.
Margarita, por su parte, no se había quedado quieta, sus manos osaron traspasar la frontera marcada por la tela de la camisa de Gonzalo y comenzaron a deslizarse por su espalda, a la vez que su boca buscaba la de Gonzalo, que la esquivaba una y otra vez, pues no se conformaba únicamente con sus labios. Poco a poco fue deslizándose por el cuello de Margarita hasta que llegó a su pecho.
La pasión amenazaba con abrasarlos a los dos, dedicados a demostrarse su amor como nunca antes lo habían hecho, el uno al otro. De nuevo los labios de Gonzalo atraparon los de Margarita, pero a diferencia de la vez anterior, el beso que se dieron fue increíblemente tierno, exprensando mucho más de lo que se podría decir con palabras.
- Margarita… no he podido olvidarte. Por más que lo intento no puedo. No puedo entender el amor sin tí. Ayúdame, por favor.
-Chisssssss, no digas nada, mi amor.
Continuaron besándose, y acariciándose, a ratos como si la vida les fuera en ello, a ratos con una increíble ternura, pero sin dejar de tocarse. El hambre que tenían el uno del otro amenazaba con devorarlos y toda la pasión y el amor durante tanto tiempo reprimidos por fin estalló entre ellos.
- ¿Estas segura, Margarita? – mientras hablaba Gonzalo comenzó a desabrochar lenta y delicadamente los botones del corpiño de Margarita, a la vez que la tumbaba sobre la cama.
A modo de respuesta, las manos de ésta osaron meterse por dentro del pantalón de Gonzalo …
Yo ya he puesto el germen. A ver si alguna tiene lo que hay que tener para continuarlo...
Gonzalo estaba sumido en sus pensamientos, tratando de desentrañar el texto que tenía delante, cuando un fuerte ruido y el grito de Margarita, le sacaron de sus reflexiones. De un salto se levantó y salió a toda la velocidad que sus piernas le permitieron hacia el lugar del que provenía el estruendo.
Al entrar en la habitación de Margarita se encontró a ésta, en una postura imposible, en el suelo. Inmediatamente Gonzalo la ayudó a levantarse.
- ¿Estás bien, Margarita? ¿Qué te ha pasado?
- No ha sido nada, el susto, estaba subida en la silla, tratando de limpiar esa esquina, me estiré demasiado y me caí de la silla.
- ¿De verdad que estás bien? – Gonzalo tenía la preocupación reflejada en su rostro – ¿Te duele algo?
- No, nada, de verdad, ha sido nada más que el susto.
Había algo distinto en Gonzalo, Margarita no supo decir si era el pelo, que lo llevaba hacia atrás, despejándole la cara, o que se había afeitado, no recordaba haberle visto sin barba desde que eran adolescentes, o ese brillo que tenía en la mirada, con los ojos que se le iban oscureciendo por momentos.
Reacio a separarse de Margarita, Gonzalo la miró a los ojos. Sin poder evitarlo, su boca se fue aproximando lentamente hacia sus labios, hasta tocarlos con una suave caricia. Una corriente sacudió el cuerpo de Margarita, que se quedó como paralizada. Poco a poco, Gonzalo se fue separando, aunque sus manos todavía permanecían unidas.
- Lo siento, no sé qué me ha pasado – susurró a la vez que se alejaba de ella, deslizando sus dedos por la palma de la mano de Margarita, que estaba muda e inmóvil por la impresión de lo que acababa de suceder.
Finalmente, y a su pesar, se separaron totalmente. Gonzalo estaba ya cruzando la puerta, dispuesto a salir de la habitación cuando un suplicante susurro le detuvo:
- Gonzalo…
En ese momento Gonzalo se dio la vuelta y se avalanzó sobre Margarita, su boca hambrienta se lanzó a devorar los labios de ella, sus brazos se convirtieron en una mordaza que apenas le permitía respirar, recorriendo a la vez con firmeza y suavidad su cuerpo. Margarita se aferraba a Gonzalo como si la vida le fuera en ello, como si en el mismo momento en que sus bocas se separaran se fuera a morir allí mismo.
Finalmente, comezaron a separarse, en busca de aire, pero los labios de Gonzalo no se detuvieron, sus manos se dedicaron a moverse suave y delicadamente por el rostro de Margarita, recorriendo sus ojos, trazando el fino perfil de su nariz, pasando luego a las mejillas, siguiendo el rastro que iban dejando sus labios.
Margarita, por su parte, no se había quedado quieta, sus manos osaron traspasar la frontera marcada por la tela de la camisa de Gonzalo y comenzaron a deslizarse por su espalda, a la vez que su boca buscaba la de Gonzalo, que la esquivaba una y otra vez, pues no se conformaba únicamente con sus labios. Poco a poco fue deslizándose por el cuello de Margarita hasta que llegó a su pecho.
La pasión amenazaba con abrasarlos a los dos, dedicados a demostrarse su amor como nunca antes lo habían hecho, el uno al otro. De nuevo los labios de Gonzalo atraparon los de Margarita, pero a diferencia de la vez anterior, el beso que se dieron fue increíblemente tierno, exprensando mucho más de lo que se podría decir con palabras.
- Margarita… no he podido olvidarte. Por más que lo intento no puedo. No puedo entender el amor sin tí. Ayúdame, por favor.
-Chisssssss, no digas nada, mi amor.
Continuaron besándose, y acariciándose, a ratos como si la vida les fuera en ello, a ratos con una increíble ternura, pero sin dejar de tocarse. El hambre que tenían el uno del otro amenazaba con devorarlos y toda la pasión y el amor durante tanto tiempo reprimidos por fin estalló entre ellos.
- ¿Estas segura, Margarita? – mientras hablaba Gonzalo comenzó a desabrochar lenta y delicadamente los botones del corpiño de Margarita, a la vez que la tumbaba sobre la cama.
A modo de respuesta, las manos de ésta osaron meterse por dentro del pantalón de Gonzalo …
Selene que buena inspiración, como me gusta, te has quedado a las puertas de la Villa.
asín me he quedao.
Gracias
asín me he quedao.
Gracias
Jooooorrrrr!!! Margarita ASIN de cerca de la katana!!!!
Me he quedao sin palabrejas... Pero me gusta, me gusta mucho...
Lo de seguirlo ya son palabras mayores....
Me he quedao sin palabrejas... Pero me gusta, me gusta mucho...
Lo de seguirlo ya son palabras mayores....
Selene tengo que felicitarte,me ha encantado la historia.
¡¡Como me gustaría ver a Gonzalo de esa manera!!.
. ¡¡A MOVER DOSEL!!.
Me ha gustado mucho,mucho.¡¡Enhorabuena!!. Lo de seguir la historia me siento incapaz,principalmente porque llegado ese momento al Amo como que no me lo imagino yo en esos menesteres.
¡¡Como me gustaría ver a Gonzalo de esa manera!!.
. ¡¡A MOVER DOSEL!!.
Me ha gustado mucho,mucho.¡¡Enhorabuena!!. Lo de seguir la historia me siento incapaz,principalmente porque llegado ese momento al Amo como que no me lo imagino yo en esos menesteres.
.... bueno, la continuación creo que cada cual tendrá la suya, será mejor dejarla a imaginación de cada cual, ha sido un relato muy bonito, felicidades Selene
Precioso Selene.
Más nos vale imaginarnoslo porque verlo.....
¿Que la continuemos?
Con tal arrebato de pasión de su cuñao y antes de que se largara y la dejara a dos velas, Margarita metió la mano entre los gayumbos de Gonzi pa agarrarle bien y no soltarlo.
No le costó mucho porque aquello era ........sin palabras....
"!!!La virgen!!.....lo que tié aquí el muchacho......Claro de la abstinencia", pensó la cuñá que entre el besuquerío y lo que había trincao tenía los ojos fuera de las orbitas y no veía el momento de llegar al punto crítico......"Haber como nos apañamos pa encajar esto.....!!madreeee!!! " ....
Hala, que siga otra que yo me voy a currar.......
Y mira que lo siento, ahora que ya estaba metida en harina......
Seguirá con fuegos artificiales y sonrisa tonta los meses venideros, sesiones continuadas de desfoges varios y reencuentros fogosos por las esquinas ...
jajajajajajaja. Selene guapa felicidades.
Gogo hija sal de donde estes y continua el relato jajajajajajajaja.
Gogo hija sal de donde estes y continua el relato jajajajajajajaja.
hay que ir a ver a la virgen de la katana al hombro, a poner la vela correpondiente, para el regreso de los ojitos saltones ....
¡¡¡¡¡manifiéstate!!!!!
¡¡¡¡¡manifiéstate!!!!!
Jajajajajajajajajajajajajajajaja..........Me manifiesto.........jajajajaja...
Sajerás.........
Soy como el Amo......Estoy ahí.....pero no hago ná...........soy una aparición......Un alma en pena que vaga por esos Horchatales de dios.......
Sajerás.........
Soy como el Amo......Estoy ahí.....pero no hago ná...........soy una aparición......Un alma en pena que vaga por esos Horchatales de dios.......
JAJAJAJAJAJA, GENIAL selene, GENIAL. Como no tienes que celebrar ningún cumpleaños puedes incluso escribir más :)