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ENTREVISTA

Josep Cister, creador de 'La promesa': "El romance entre Jana y Manuel se cerrará y la serie continuará"

El guionista y productor analiza el gran éxito del drama de época en La 1 y arroja luz sobre el proceso creativo en las trepidantes series diarias.

Josep Cister, creador de 'La promesa': "El romance entre Jana y Manuel se cerrará y la serie continuará"©FesTVal
Por Alejandro RoderaPublicado: Lunes 11 Marzo 2024 09:23

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La promesa

La promesa

2023 - 0000

España 2 temporadas 441 capítulos

DramaMisterioRomance

7,8

Popularidad: #14 de 3.530 Ranking La promesa

  • 81

  • 46

Desde hace casi una década, las tardes de La 1 han tenido la impronta de Josep Cister. Cuando el largo viaje de 'Acacias 38' se aproximaba a su fin, allá por 2021, el creativo valenciano se alió con Bambú Producciones y el ente público para sacar adelante otra serie diaria, 'Dos vidas', cuyo recorrido se truncaría en 2022. Sin embargo, de aquellas cenizas nació 'La promesa', una de las grandes revelaciones de la ficción local en los últimos años.

Acerca de este fenómeno vespertino hemos podido hablar con Cister, que nos ha atendido en una extensa charla para reflexionar acerca del impacto de 'La promesa', el choque en el prime time con 'Sueños de libertad', la posibilidad de ramificar el universo con spin-offs y mucho, mucho más.

'La promesa'

'La promesa'

'La promesa' se estrenó en enero de 2023 y desde entonces se ha consolidado como uno de los pilares de la programación de La 1. ¿Qué balance haces de estos catorce meses?

Pues balance positivo, ¿no? De llegar siempre a emisión y saber que hemos hecho el trabajo lo mejor que hemos podido y de la forma más honesta. Y ahora son los espectadores los que deciden si nos siguen o no, y la realidad es que hemos tenido el apoyo del público y la gente está muy enganchada a la serie. Estamos contentísimos, estamos felices.

En este periodo ya habéis cruzado la marca de los trescientos episodios. ¿Para ti qué ha sido, hasta ahora, lo más especial de este viaje tan intenso?

Te diría varias cosas, pero una muy obvia es que en 'La promesa' somos como una familia. Trabajamos todo el equipo técnico y artístico en conjunto para sacar el mejor producto posible y dar la mayor calidad posible. Una de las señas de identidad era tratar de dar un salto en cuanto a la calidad de la serie. Y hacer eso con un equipo a la velocidad a la que se graba una diaria es difícil, y creo que hemos hemos dado un paso adelante en lo que a la parte técnica se refiere.

La serie puede parecer ambiciosa porque el equipo lo es

¿Desde el guion cómo es tratar de alcanzar esa ambición teniendo en cuenta las limitaciones que puede tener una serie diaria?

En la parte de guion no he sentido tanto eso. Hemos podido hacer eventos especiales, tenemos el palacio El Rincón, hemos ido a Galicia... La serie puede parecer ambiciosa porque el equipo lo es. Y todo el mundo pone de su parte para tratar de hacerlo lo mejor que puede y tratar de dar la máxima calidad posible a los espectadores.

¿Y esa ambición ha ido creciendo a medida que se ha demostrado que 'La promesa' tiene un gran calado entre el público?

Sí. Ya hemos visto algunas cosas que no son propias del formato que hacemos, porque desde hace mucho tiempo se desdibuja el tema del formato en la televisión. Para mí ahora todas las series que están en la tarde son como el prime time de antes. La gente ha encontrado en estas series que se emiten todos los días un refugio para evadirse, para seguir las vidas de los personajes de cada una de las series. Y eso es lo que a nosotros también nos anima y nos impulsa a tratar de hacer cosas diferentes y tratar de currárnoslo mucho. No dar por hecho que la audiencia está ahí, sino siempre intentar dar cosas nuevas y que los espectadores se sorprendan.

'La promesa'

'La promesa'

Acerca de ese desdibujado de las fronteras, ¿qué estigmas crees que está rompiendo 'La promesa'?

No es solo 'La promesa', yo creo que es en general. Ahora, con los medios técnicos de los que disponemos, nos parecemos mucho a un prime time. Entonces, si antes podía haber algún estigma, esta generación de series diarias viene a constatar que el sector audiovisual está lo suficientemente maduro como para poder hacer varias series de este tipo y de mucha calidad. Desde luego, en 'La promesa' procuramos que así sea. Desde mi punto de vista, ya no me quedan estigmas: a una serie ya no la llamo diaria o de prime time.

Y a nivel de industria y de público, ¿percibes que también se han suprimido esas fronteras e ideas preconcebidas que se podían tener?

Eso ya no lo sé tanto. Si te fijas en el público, notas como ha penetrado la serie. Sales por la calle con los actores y les paran cada cinco minutos para hacerse una foto. Entonces, ¿se ha desecho el público de los prejuicios? Creo que sí. Y en cuanto a la industria, te diría que también. Cada vez se valora más este tipo de series.

Ya no me quedan estigmas: a una serie ya no la llamo diaria o de prime time

Una prueba bastante clara de eso es el hecho de que 'La promesa' haya pasado unas cuantas veces por el prime time, demostrando que es un contenido que no desentona ahí. Recientemente, se enfrentó en ese horario a 'Sueños de libertad'. ¿Cómo viviste tú ese choque entre dos series diarias en una franja ajena a la habitual?

Pues con absoluta normalidad. Yo no programo la serie, yo la hago. A mí lo que me gustaría es que haya espacio para todo el mundo, y también es verdad que era algo circunstancial de un día. Luego cada uno lleva su horario y son horarios diferentes, pero lo que se ha demostrado es que hay público para todas las series.

En ese sentido, y dejando de lado la competencia, ¿te alegras de que 'La promesa' haya contribuido al resurgir del formato?

Por supuesto. Todo lo que contribuya al sector audiovisual de nuestro país y a que la gente consuma ficción española, me hace feliz. Durante estos últimos meses veíamos los informes del diferido de la tele y entre 17 y 22 espacios eran de 'La promesa'. Entonces claro que te alegras. Lo que busca cualquier profesional de este sector es que funcionen nuestras series y que el público nos elija a nosotros, a las series españolas por delante de series de otros lugares. Nosotros en 'La promesa' hemos vuelto a hacer un clásico otra vez, algo que la ficción española había hecho durante muchos años y que, desde hace tiempo, ese tipo de series las había cubierto más la ficción turca. Parecía que la gente se enganchaba masivamente a ellos, pero cuando hemos puesto una serie de estas características hecha aquí en España los espectadores han respondido.

Cuentas con una experiencia muy amplia en televisión, especialmente en el ámbito de las diarias con 'Acacias 38' y 'Dos vidas', que tuvieron andaduras dispares, aunque la segunda llegó a estar nominada al Emmy Internacional. ¿Qué aprendiste de aquellas experiencias que luego has podido aplicar en 'La promesa'?

Me gusta mucho esta pregunta, porque siempre digo que no podríamos haber hecho 'La promesa' sin haber hecho antes 'Dos vidas'. El equipo que estuvo en 'Dos vidas' mayoritariamente está en 'La promesa'. Ahí nos conocimos todos y nos dimos cuenta de que podíamos hacer un formato como aquel, más ambicioso de lo normal para la franja en la que estábamos, sobre todo, como insisto, a nivel técnico. Y de ahí aprendimos mucho y pudimos traerlo a 'La promesa' a nivel de luz, de puesta en escena... Poder trabajar de una forma que se asemejara lo máximo posible a una serie de una alta calidad. Fue la constatación para nosotros de que tal vez en la historia no habíamos acertado del todo, pero sí en cómo hacerla. Entonces, era como que el camino se había hecho correctamente y tocaba encontrar el contenido que el espectador pudiera estar reclamando. Y apareció de repente 'La promesa' y, trescientos capítulos después, estamos ahí.

'La promesa'

'La promesa'

Tras ese proceso de aprendizaje, ¿cuál dirías que es la clave del éxito de 'La promesa'?

Además del equipo técnico y artístico muy ambicioso, está un contenido que acompañaba perfectamente. Volvíamos otra vez al melodrama clásico, a plantear personajes con los que la audiencia pudiera identificarse. Colocamos a la familia como eje central de la ficción, que es algo muy latino, muy nuestro, muy mediterráneo. Y luego también personajes femeninos potentes. Nuestra serie está vertebrada y movida por los personajes femeninos.

¿Hay algún personaje en particular para el que te guste escribir o que sientas que ha conectado especialmente con el público?

Creo que en esta serie casi todos los personajes han tenido una conexión muy grande con los espectadores. Tal vez toda la parte del servicio haya conectado aún más, como con Simona, Candela, Lope o María Fernández, que son personajes muy queridos y reconocidos porque de alguna manera nos traen un poco de alivio cómico dentro del melodrama, que es el género principal de la serie. Aun así, te diría que se siente algo así con casi todos los personajes, de una manera u otra, y lo noto también en la calle cuando voy a algún evento con ellos. Y en cuanto a pensar y escribir las tramas, después de trescientos capítulos siguen saliendo ideas para desarrollar a esos personajes, y eso te da seguridad porque sabes que tienes recorrido con ellos.

Buscamos que el público elija las series españolas por delante de series de otros lugares

Dentro de ese amplio abanico de personajes, lo que se encuentra en el corazón de la serie es el romance entre Jana y Manuel, que siempre baila entre lo probable y lo imposible. En el pasado FesTVal, Ana Garcés nos decía que en el momento en el que acaben juntos, la serie llegaría a su fin, ya que se resolvería la tensión principal. ¿Compartes esa opinión?

Estoy de acuerdo con lo que os dijo Ana, pero no es tanto eso como que aquí nos colamos una hora en la vida de los espectadores cada día y ellos viven como propias esas historias. Entonces, no tienes una serie donde han pasado siete días y de repente vas a volver a reencontrarte con el universo, sino que todos los días tienes una cita con ellos. Así que creo que más bien es intentar asemejarse lo máximo posible a la vida real, y si te sientas con unos amigos y te pones a contar algo, todos tenemos un ingrediente de culebrón y de melodrama en nuestras vidas que es muy potente. Ya sea a nivel de amistades, de relaciones amorosas o a nivel familiar, cada uno de nosotros tenemos una historia que contar.

Y lo que ocurre en 'La promesa' es que hay dos, tres o cuatro personajes a los que cada uno de nosotros nos podemos enganchar, porque de alguna manera tocan también con nuestras vidas, seamos más o menos conscientes de ello. Ahí está el éxito de esto. No creo que esto vaya tanto sobre cómo hacer que la relación de Jana y Manuel nunca termine de cerrarse. En algún momento tendrá su cierre y la serie continuará y seguramente continuará con ellos también, pero son etapas. Yo siempre digo que en una diaria están las etapas vitales. De repente cierras una etapa, le das por superada, y vas a lo siguiente, al próximo reto que, a lo mejor sin saberlo tú, la vida te ha puesto delante y tienes que afrontarlo.

'La promesa'

'La promesa'

A la hora de establecer esa conexión casi vital con el público, ¿por qué crees que la audiencia se engancha más a las ambientaciones pasadas, a los melodramas de época?

Es algo que me parece muy bonito. La sociedad, aunque parezca que no, en algunas cosas, se parece a la pasada, pero en otras hemos avanzado muchísimo. En esta sociedad que nosotros retratamos en 'La promesa', está una historia entre un rico y un pobre, entre una persona del servicio y otra noble, que sería muy complicada o prácticamente imposible que sucediese. Hoy en día esto no pasa, esas barreras están mucho más desdibujadas. Entonces, ¿qué me permite tratar esto yéndome a otra época? Pues maximizar las historias y los sentimientos, porque realmente era un impedimento ser una criada para vivir la vida que tú quisieras. Las cartas venían muy marcadas desde el principio. Si nacías rico tenías unas oportunidades y si nacías pobre, tenías otras oportunidades. No quiero decir que esto se haya desdibujado completamente, porque no lo creo, pero es más probable en la sociedad en la que que vivimos ahora que una persona con menos recursos pueda salir adelante, montar una empresa o hacer algo que de repente funcione muy bien y que deshaga esas cartas que te vinieron dadas cuando naciste.

¿El hecho de viajar a una ambientación pasada contribuye a la evasión, a la idea de aparcar tu mundo durante una hora y desplazarte a otro?

Creo que sí. A eso le llamo la suspensión de la realidad. Creo que los espectadores por una hora al día suspenden su realidad por un momento, suspenden sus vidas por un momento para vivir la realidad de otra persona e intentar olvidarse de los problemas que tienen en ese momento.

Todos tenemos un ingrediente de culebrón y de melodrama en nuestras vidas

¿Y desde el equipo de guion cómo gestionáis esa responsabilidad de tener un público tan fiel?

Desde mi punto de vista, que soy la persona que hace las tramas, te digo que no estoy muy pendiente de lo que ocurre en redes sociales. Sí que me llegan cosas, obviamente, porque la gente me lo hace saber, pero cuando estoy generando las tramas y digo, 'Esto es interesante', si yo creo que es interesante para mí y me parece que estoy contando algo potente y poderoso, pienso que también lo será para el espectador. Esa es mi guía: el intentar pensar que esto me tiene que resultar interesante en primera persona a mí, y si no lo es, entonces sí que paro y digo, 'Bueno, hay que buscar otra cosa', pero lo más importante para mí es eso, que de arranque me parezca a mí interesante.

Sobre esa concepción de las tramas, últimamente ha habido sucesos como la muerte de Feliciano, la llegada de Vera o los descubrimientos sobre el pasado de Abel, que demuestran que 'La promesa' siempre está en movimiento. ¿Cómo es gestionar ese trasiego de situaciones y personajes con un ritmo de producción tan alto?

Al final esto forma parte del trabajo, lo tengo muy asimilado. Yo voy muy por delante escribiendo y generando las tramas y voy diseñando para que siempre haya estímulos nuevos. Sobre lo de Feliciano, a mí me parecía muy importante, y creo que a la gente le ha resultado interesante, la idea de cómo repercute una misma bala en una persona con recursos y en otra que no los tiene. Y mucha gente se ha solidarizado con eso y ha sabido ver el paralelismo con lo que ocurre hoy en día. Estamos para entretener, es nuestro principal objetivo, y si en el camino podemos encontrar algo más y hacer reflexionar un poco también a los espectadores sobre cómo hemos cambiado o no hemos cambiado, creo que es muy interesante.

Volviendo al tema del ritmo de la producción, en 'La promesa' ha habido una presión adicional, ya que varias veces se ha doblado la la emisión. ¿Cómo de desafiante ha sido sobrellevar esa exigencia que supongo que reduce aún más el margen de error?

Lo llevamos de la manera que podemos. Nosotros damos a la cadena la mejor serie que tenemos y que podemos hacer en ese momento, y a partir de ahí la visión de cómo se programa y a qué hora vamos es una cuestión que no depende de la productora, sino de la cadena. En ese sentido, tenemos una buena relación con ellos y una continua comunicación. No sentimos una presión extra de tener que correr más, porque desde el principio arrancamos bien y ahí seguimos.

'La Favorita 1922'

'La Favorita 1922'

En paralelo a 'La promesa', estás desarrollando 'La Favorita 1922' para Telecinco. ¿Qué aspiración tenéis con ese proyecto que irá dirigido al prime time?

Lo mismo que hacemos con todas las series: hacer el mejor producto que podamos con el presupuesto que tenemos y tratar de darle la mayor calidad posible a la cadena que ha confiado en nosotros, en Bambú Producciones, para hacer una nueva serie. La productora ha tenido grandísimos éxitos con 'Las chicas del cable', 'Velvet', 'Gran Hotel' o 'Gran Reserva' en ese tipo de corte más melodramático. Es un paso adelante en esa dirección para intentar hacer una serie que vuelva a llamar la atención de los espectadores.

¿Qué crees que tiene el tono de Bambú para ser tan universal, para encajar en espacios como RTVE, Atresmedia, Netflix, Movistar Plus+, Apple TV+ y ahora en Mediaset?

Lo importante es contar buenas historias que puedan llegar a los espectadores. Esa es una de las claves claras de Bambú Producciones, que hace productos muy dispares, muy distintos, y han sabido encontrar en cada proyecto que han hecho el punto perfecto para enganchar al espectador.

Hay muchos personajes de la serie que podrían tener un spin-off

En lo relativo a desarrollar nuevos proyectos, te quería plantear un caso hipotético: si tuvieras la oportunidad, igual que sucedió en 'Amar es para siempre' con '#Luimelia' o como tanto se pidió en 'Acacias 38' con Maitino, de desarrollar un spin-off de 'La promesa', ¿hay algún personaje o personajes que te gustaría poder desarrollar más a fondo?

Claro. Hay muchos personajes de la serie que podrían tener un spin-off, porque tienen mucho pasado. Vienen siempre cargados con su mochila y con mucho background. Saber cómo se conocieron Cruz y Alonso me parecería una pasada o la vida de Jana con ese doctor, el que le enseñó todo. Creo que el 90% de los personajes, te lo digo de verdad, tienen un spin-off que se podría hacer.

Una de las particularidades de las diarias es la longevidad. Tenemos el ejemplo de 'Amar es para siempre', que ha llegado a su final después de casi veinte años entre sus dos etapas. ¿Ves a 'La promesa' extendiéndose, quizá no durante tanto tiempo, pero sí a muy largo plazo? ¿Sería factible a nivel narrativo?

Hay 'Promesa' para rato. ¿Cuánta? No lo sé, porque no depende de mí. Si me lo preguntas a mí, simplemente te diría que 'La promesa' es un universo donde los personajes son muy ricos y tienen mucho pasado. Y tendríamos historias para contar y para que los espectadores siguieran viéndonos. Pero es una cosa que no depende absolutamente de mí, depende de Televisión Española y de los espectadores, de que ellos sigan queriendo y la cadena siga queriendo que nosotros estemos ahí. Pero si me lo preguntas a nivel narrativo, creo que sí. No sé si veinte años, pero sí.

Como dices, es complicado saber cuándo terminará, pero ¿tienes claro cómo lo hará?

No. La realidad es que no. Además, no lo proyecto porque yo trabajo en lo que estoy haciendo ahora, porque creo que tener que llegar a un punto determinado a veces te traiciona a ti mismo. Procuro siempre no intentar imaginar mucho más lejos de lo que estoy haciendo.

No te obligas a llegar a un destino porque sí.

Exacto, sino que eso vaya sucediendo por el camino. Esto entronca con ese paralelismo que comentaba antes de la vida, ¿tú sabes cómo va a terminar? Nadie lo sabe. En estas series que tienen la filosofía de 'Estoy viviendo las vidas de estos personajes y lo hago con ellos', quiero que las cosas surjan de forma natural en sus tramas.

Esa incertidumbre mantiene viva la espontaneidad, ¿no?

Claro, te da margen para asemejarlo lo máximo posible a la vida, que a mí eso me parece importante.

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