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Antonio Montero se sometió este miércoles 26 de febrero en 'Sálvame' a una terapia con la coach Cristina Soria. Lo hacía para conocer el por qué de su cambio de actitud tras su polémica con Lydia Lozano, a la cual acusó de haber firmado durante 15 años reportajes que escribían otros. Un hecho por el que el colaborador ha sido duramente criticado por otros periodistas como Carlos Ferrando o Rosa Villacastín.
Antonio Montero y Cristina Soria en 'Sálvame'
"No quiero que mi vida se convierta en la comidilla, el cotilleo o el espectáculo, porque no me afecta solo a mí. Hay gente de mi entorno más cercano que se vería perjudicada y yo eso no me lo perdonaría", explicó Montero a la experta en inteligencia emocional, refiriéndose a su exmujer Marisa Martín Blázquez y a su familia. Confesó que no le gusta hablar de su vida privada: "Nunca me sentaré en un poli a hablar de mi vida. No me gusta nada a la fama, es el precio más alto que he pagado por estar aquí".
El colaborador también negó que estuviese atravesando apuros económicos, algo que otros habían dado a entender: "Yo no tengo necesidades económicas, aunque sí que ha habido reveses. Uno fue Hacienda y otro porque confié en una persona cercana para depositarle parte mis ahorros y me los ha fundido". Ya en el plató explicó con mayor detalle que fue hace tres años y que perdió el 95% del dinero líquido que le había confiado. "No me importa el dinero, pero tenía mi vida organizada y deposité dinero en alguien que pensaba que podía confiar. Y lo invirtió en un sitio que lo perdí casi todo. No creo que lo hiciera con mala fe", aclaró.
Capacidad para perdonar
Cristina Soria analizó su conducta con más detenimiento y esclareció por qué no se enfadó con esa persona: "Tiene esa capacidad de ver lo realmente importante en la vida y tiene la capacidad de perdonar". "Con esa persona sigo hablando con cierto cariño y sigo intentando quererle", matizó el colaborador. Por ello, la coach continuó justificando esa ausencia de ira en su compañero: "Él la tiene, pero le dura muy poco, se enfada poco. Aunque la ira en otras personas puede durar mucho, él le da un valor muy corto. Tiene un cerebro sumamente entrenado".